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Destrucción en la Amazonía: estas son las cinco regiones del Perú con mayor deforestación en el 2018

La minería ilegal y las actividades agropecuarias han sido los principales factores de pérdida de bosques durante el año pasado. Análisis elaborado por MAAP, al que tuvo acceso Mongabay Latam, señala que, en la Amazonía sur, principalmente en Madre de Dios, se concentraron los puntos de mayor desbosque.

La pérdida de bosques en Perú durante el año 2018 ha sido intensa. Según un análisis de imágenes satelitales del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP), los hostspots o puntos de mayor deforestación  se concentraron en las regiones de Madre de Dios, Ucayali, Puno, Huánuco y Loreto.

Las imágenes muestran cómo ha avanzado la deforestación en por lo menos cinco sectores de la selva peruana por causa de la minería ilegal de oro y las actividades agropecuarias. En algunos casos, la agricultura se ha extendido de manera ilícita en concesiones forestales y en Bosques de Protección Permanente (BPP), explica el informe de MAAP al que tuvo acceso en exclusiva Mongabay Latam.

Matt Finer, investigador principal de MAAP y uno de los responsables del análisis, explica que el sistema de alertas tempranas sobre el que se basa este análisis permite tener un balance anual muy rápidamente, es decir, en los primeros meses del año siguiente de tal forma que se puedan definir “donde se necesitan realizar las acciones políticas”.

Esta vez, los puntos más críticos estuvieron en la Amazonía sur, principalmente en Madre de Dios, a diferencia del año pasado, cuando la pérdida de bosque más alta correspondió a la zona central de la Amazonía, añade Finer sobre los resultados obtenidos por MAAP, una iniciativa desarrollada por Conservación Amazónica (ACCA) y Amazon Conservation (ACA).

1.- La Pampa y el avance de la minería ilegal

El caso de La Pampa, en Madre de Dios, una zona devastada por la minería ilegal, ha sido la más grave por esta causa. Las imágenes satelitales muestran cómo avanzó la devastación de los bosques ubicados entre la carretera Interoceánica y el río Malinowski.

Se observa también el crecimiento del desbosque en la zona de amortiguamiento y dentro de la Reserva Nacional Tambopata. En noviembre de 2018, Mongabay Latam publicó un reportaje que daba cuenta de la presencia de minería ilegal en el área protegida.

El informe de MAAP también muestra la pérdida de bosque por actividad agropecuaria al norte de la carretera Interoceánica.

“El Perú ha firmado convenios internacionales y ha desarrollado políticas contra la deforestación, pero lo primero que nos dice este análisis es que nada de esto está funcionando, los bosques siguen siendo destruidos”, señala el biólogo y ecólogo Ernesto Ráez.

El investigador asegura que el avance tremendo de la minería ilegal en Madre de Dios “es un efecto directo del abandono criminal que el expresidente Pedro Pablo Kuczynski decidió para este problema. Debería llevar a alguien a la cárcel”, comenta.

Recientemente, el gobierno peruano puso en marcha la Operación Mercurio 2019, un plan integral frente a la minería ilegal en esta región. Las acciones se iniciaron en La Pampa con la presencia de 1272 policías, 300 militares de las Fuerzas Armadas, 70 representantes del Ministerio Público y peritos de Criminalística y de la Unidad de Explosivos. Se trata de una intervención multisectorial que involucra a trece sectores del Estado más el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación, y que, según ha precisado el gobierno, tendrá un periodo largo de ejecución.

La minería aurífera ilegal también está ejerciendo presión sobre el Parque Nacional Bahuaja Sonene, principalmente al norte de la zona reservada, a lo largo del río Malinowski, como muestran las imágenes satelitales. Al sur, en cambio, la deforestación se debe a actividad agropecuaria, señala el informe. La pérdida de bosque por extracción ilegal de oro también se presenta en la comunidad nativa de Kotsimba.

En Bahuaja Sonene se han detectado tres enclaves. Al norte se observa deforestación por la minería aurífera; al suroeste un extenso desbosque por actividad agropecuaria; y hacia el sureste también se puede ver la pérdida de cobertura forestal.

Ráez llama la atención sobre el papel que juegan las carreteras para promover muchas veces la deforestación. “Los colonos de los Andes entran a la Amazonía a través de estas rutas que ha abierto el gobierno peruano a lo largo de los años”, comenta. Recuerda que ese fue el proceso con la Marginal de la Selva y la Federico Basadre y que “ahora está pasando lo mismo con la interoceánica tanto en Puno, como en Cusco y Madre de Dios”.

3.- Iberia y las concesiones forestales

La tercera zona analizada por MAAP se concentra en Iberia, también en Madre de Dios, cerca de la frontera con Brasil y Bolivia, donde se está produciendo una deforestación extensiva debido a la actividad agrícola.

En el sector oeste de Iberia —menciona el informe— se encuentra la comunidad de agricultores Israelitas de Arca Pacahuara, dedicada al cultivo del maíz. Precisamente gran parte de la deforestación en ese sector durante el 2018 ha ocurrido al interior de una concesión forestal situada al lado de la comunidad. “Es un caso de probable ilegalidad dado que se trata de deforestación agropecuaria en concesiones forestales”, comenta Finer, de MAAP.

“La deforestación ilegal en los bosques para sembrar productos de pan llevar es actualmente inaceptable en Perú”, sostiene Ráez. Para el biólogo, el avance de la agricultura en Madre de Dios está relacionada con el aumento de la minería ilegal, puesto que —dice— en los centros mineros hay una demanda creciente por alimentos.

4.- La deforestación en Ucayali y Loreto

El informe expone dos zonas de deforestación con características parecidas pero situadas en  parcelas distintas alrededor de nuevas vías de acceso. En los mapas presentados en esta ocasión se observa el sector de Masisea, en Ucayali, y el de Sarayacu, en Loreto.

Estos casos fueron reportados anteriormente por MAAP. En setiembre del 2018 se informó sobre la deforestación de 353 hectáreas, ocurrida entre junio de 2017 y julio de 2018, en Masisea principalmente por cultivos de arroz.  En el sector mencionado de Loreto también se despejaron 365 hectáreas, entre diciembre de 2016 y julio de 2018, una zona en la que la pérdida de bosques sigue en aumento.

El sociólogo Juan Luis Dammert, responsable del Programa de derechos territoriales e industrias extractivas de Oxfam Perú, señala que se conoce poco sobre lo que está sucediendo en Masisea. Sin embargo menciona que la deforestación en esta zona está “íntimamente ligada a las carreteras de penetración”, como se ve en las imágenes.

En el caso de Loreto —comenta Dammert— lo que se observa es que se está arrasando el bosque en una zona muy bien conservada. El sociólogo recuerda que hace algunos años se solicitaron grandes extensiones de terreno en este sector de Sarayacu con la intención de que se instale palma aceitera, como ha señalado en su investigación Potenciales impactos ambientales y sociales del establecimiento de cultivos de palma aceitera en el departamento de Loreto, publicada en el año 2012. Ese proyecto no prosperó, pero la deforestación igual ha llegado a la zona. “Corresponde al Estado tomar acciones ante estos casos de deforestación”, indica.

5.- La pérdida de los Bosques de Producción Permanente

En Ucayali la devastación de la superficie boscosa ocurre en los Bosques de Producción Permanente (BPP), sobre todo en los sectores de Nueva Requena, en la provincia de Coronel Portillo, y en Curimaná, en Padre Abad, lugares en los que anteriormente ya se han presentado disputas por territorio y casos de tráfico de tierras.

Las imágenes muestran la deforestación a pequeña y mediana escala, pero extendida en todo el BPP rodeando las dos plantaciones de palma aceitera de gran escala que se encuentran en esta zona.

En el mapa también se observa una nueva zona de desbosque de mediana escala a lo largo del Río Aguaytía que, según el informe de MAAP, es una nueva plantación de arroz.

Para Juan Luis Dammert, lo que está pasando en Ucayali es el resultado de la estrategia agropecuaria de la gestión anterior del gobierno regional. “El eslogan ‘tierra de propietarios’ tiene que ver con los territorios indígenas que supuestamente no son utilizados y con la gente del campo que viene de otras regiones y que busca tener acceso a la tierra”, explica así el sociólogo esta problemática en la región, que ha llevado a la cárcel a funcionarios del gobierno regional acusados de tráfico de tierras.

Dammert también denuncia que los BPP de nueva Requena prácticamente han sido lotizados de manera informal, en una serie de negociados que involucra a diferentes actores. “Hay empresarios arroceros de la costa norte y de San Martín que vienen de zonas donde comprar tierras es muy caro”, comenta.

El experto de Oxfam también menciona a los agricultores que van formando asociaciones, ocupan terrenos y elaboran planos con los cuales desarrollan estrategias para apropiarse de las tierras. Una de ellas, como lo denunció Mongabay Latam, es conseguir que los jueces de paz y gobiernos locales emitan irregularmente constancias de posesión que luego utilizan en la Dirección Regional de Agricultura. “Hay un negociado que involucra diferentes actores y niveles del Estado para ocupar la tierra poco a poco y lucrar con ella más adelante”, explica. Madereros, arroceros, empresarios, parceleros y asociaciones de agricultores son grupos que están detrás de estas tierras, puntualiza Dammert.

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