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Cordillera Blanca: glaciares cercanos a las ciudades se derriten más rápido

Glaciares retroceden en la Cordillera Blanca. Foto: Andina

Debido a la mayor concentración de carbono negro en la Cordillera Blanca, una investigación desarrollada en octubre de 2015 permitió conocer el impacto que esta sustancia genera en la nieve de los glaciares de la Cordillera Blanca. 

Una investigación desarrollada a partir de octubre de 2015 permitió conocer el impacto del carbono negro en la fusión (derretimiento) de nieve de los glaciares de la Cordillera Blanca. Los estudios estuvieron a cargo del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem) y el American Climber Science Program de los Estados Unidos.

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El estudio se enmarca en la vertiente occidental de la Cordillera Blanca, en el ámbito del Callejón de Huaylas, región Ancash. Los glaciares Yanapaccha (en la quebrada Llanganuco, provincia de Yungay); Shallap (quebrada Shallap, provincia de Huaraz), son monitoreados mensualmente desde octubre del 2015. A partir de enero del 2017 se sumaron, al estudio, los nevados Tocllaraju (quebrada Ishinca) y Vallunaraju (quebrada Llaca), ubicados en la provincia de Huaraz.

Los resultados de la investigación científica revelan que durante la estación seca (de mayo a setiembre), la cantidad de carbono negro en los glaciares es mayor, producto de los incendios forestales, la quema de pastizales, la contaminación que genera el parque automotor, la quema de residuos agrícolas y pastos, el uso de biomasa (madera) para cocinar y el uso de combustibles fósiles.

Igualmente, los muestreos durante el período hidrológico de exploraciones en los nevados confirman que la concentración de carbono negro es mayor en los glaciares cercanos a las grandes ciudades, como es el caso de Huaraz, en comparación a los más lejanos. Tal es así que Shallap y Vallunaraju – los más próximos a Huaraz – presentan mayor cantidad de carbono negro, que Yanapaccha y Tocllaraju (los más distantes).

El carbono negro, conocido comúnmente como hollín, se compone de diminutas partículas sólidas. Su tamaño puede ser menor al grosor de un cabello humano. Los especialistas por lo general lo llaman material particulado (PM 2.5), que tiene una fuerte capacidad de absorción de la energía solar y es producido durante la combustión incompleta.

El hollín, producido en los valles y en las ciudades, llega a depositarse sobre los glaciares.

¿Qué le hace el carbono negro a las ciudades?

La presencia de carbono negro sobre un glaciar implica la reducción del albedo (reflexión de luz), lo que significa mayor derretimiento de nieve/hielo, debido a que una mayor cantidad de radiación solar de onda corta es absorbida (absorción de luz solar) y transferida en forma de calor al glaciar.

Es decir, el carbono negro tiene la particularidad de ser oscuro, con una alta capacidad de absorber la luz solar; por eso, al depositarse sobre los glaciares, los ennegrece y reduce su capacidad de reflectividad. Esto implica que los glaciares, absorban más energía solar, acelerando su derretimiento.

La investigación realizada por el Inaigem muestra que el impacto de la presencia de carbono negro en los glaciares Yanapaccha, Shallap, Tocllaraju y Vallunaraju, es nefasto porque contribuye a la rápida pérdida de la superficie glaciar. En general para toda la cadena de montañas del Perú.

Wilmer Sánchez Rodríguez, especialista del Inaigem, y uno de los responsables de los estudios, indica que “uno de los factores para el derretimiento de la masa glaciar está en relación directa a la presencia de carbono negro, es decir a mayor concentración, más nieve derretida”.

El fin de los glaciares se acerca y lo que queda por hacer es adaptarse a los ecosistemas de montaña que retendrán agua cuando las cordilleras desaparezcan. Foto: Andina

El estudio científico también demuestra que la concentración de carbono negro está relacionada con la altitud de los nevados; es decir, a mayor altitud menor presencia de dicho material particulado y viceversa.

Asimismo, el Inaigem precisa que todas las partículas existentes en los glaciares no necesariamente son de carbono negro; se ha verificado que se encuentran sedimentos finos de roca, polvo mineral, carbono orgánico, algas y otros, que son transportados por el viento hasta la Cordillera Blanca.

Ante este problema en los glaciares de la Cordillera Blanca, Wilmer Sánchez recomienda evitar los incendios forestales, la quema de los residuos agrícolas y pastizales; se debe mejorar las cocinas rurales que utilizan biomasa para cocinar, y en el sector transporte se debe realizar con regularidad, el mantenimiento de motores, supervisar la calidad de los combustibles; y, adaptarse a nuevas tecnologías para minimizar las emisiones de carbono negro, en general.

Actualmente se continúa con el monitoreo del carbono negro en los glaciares Yanapaccha y Shallap, por mutuo acuerdo entre el Inaigem y American Climber Science Program de los Estados Unidos. Asimismo, el Inaigem, adscrito al Ministerio de Ambiente, este año tiene proyectado realizar investigaciones científicas sobre la acumulación de hollín en los glaciares más representativos de los departamentos de Cusco, Arequipa, Junín y Lima.

 

 

 

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