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Kuélap, el otro Machu Picchu del Perú. Foto: Wilson Garcia/ Revista Rumbos
Cultura Destinos Largos

Kuélap al descubierto: rumbo a la ciudad escondida entre las nubes

Conocer el legado de los chachapoyas. Con ese objetivo, nuestra directora Mariela Goyenechea  invitada por Viajes Pacífico, emprendió una travesía  entre los paisajes montañosos del valle de Utcubamba para abrirse paso hasta Kuélap (Luya, Amazonas), una ciudad amurallada en la cima de una montaña.

Contemplar la fascinante geografía de un paraíso montañoso y verde era solo la primera impresión. Amazonas todavía nos aguardaba con maravillosos destinos por descubrir durante nuestra estadía en una región famosa por sus bosques de neblina, diferentes microclimas y por ser cuna una de las culturas más impresionantes del Perú: Chachapoyas.

MÁS RUMBOS:  Kuélap, el Machu Picchu del norte

Pero después de este encuentro fantástico, merecíamos un refugio igual de alucinante. Así que nos hospedamos en la privilegiada Casa Hacienda Achamaqui, lugar favorito de los viajeros por la buena ubicación del hotel y un fabuloso trato como en casa. El punto de partida perfecto para los que prefieren explorar el país lejos de los circuitos tradicionales

Para el deleite de los que aman la naturaleza y la cultura, este albergue mira al río Utcubamba, un lugar estratégico donde los huéspedes pueden emprender diversos viajes hacia los atractivos que se encuentran en el valle de Utcubamba.

La travesía parte de la Hacienda Achamaqui, un refugio enclavado en medio del valle de Utcubamba. Foto: Hacienda Achamaqui

Con esa motivación, salimos impetuosos, en busca de una ciudad fortificada enclavada en la parte más alta del valle Utcubamba, casi casi rozando el cielo. Kuélap era nuestro próximo destino.

Pero antes, debíamos realizar algunas paradas obligatorias para conocer mejor el ‘Reino de los Chachapoyas’.  Siguiendo el cauce del río, justo antes de ingresar al distrito de Tingo, nos detenemos a un lado de la carretera por recomendación de Elmer Guiop,  guía de la zona quien nos acompañaría en todo este viaje. Guiop explica que desde este punto se puede apreciar el complejo arqueológico de Macro (cerro torcido en español), al otro lado del torrente. Se trata de una llaqta (pueblo) que funcionaba como un puesto de vigilancia para la ciudadela de Kuélap. “Lleva el nombre de Macro porque en español significa cerro torcido”, agrega.

Estas sorprendentes estructuras se alzan como un adelanto de lo que veremos más adelante en la ciudad fortificada, cuya urbe se levantó, según refieren algunos historiadores, sobre un área de aproximadamente 450 hectáreas.

Rumbo a las nubes

Las Telecabinas Kuélap reducen el viaje hacia la ciudadela de los chachapoyas en tan solo 20 minutos. Foto: Hacienda Achamaqui

De vuelta a la ruta exploramos el distrito Tingo (Luya). Al cruzar su cautivadora placita, nos sorprende un gigante de la ingeniería: el Teleférico Kuélap, el primer sistema de telecabinas del país inaugurado el pasado 2 de marzo.

Ahora es cuando nuestra actitud frente la naturaleza cambia y se exalta de la emoción al ver esta magnífica estructura que permite ahorrar tres horas a los caminantes y más de una hora a los que hacen el camino en vehículos. Sin embargo, las ganas de abordar las telecabinas no son suficientes. Más de un pasajero puede experimentar el vértigo al ver cómo las cabinas van y vienen y  durante el vuelo, el vértigo se convierte en admiración al observar desde una perspectiva distinta las imponentes colinas que rodean al ‘Machu Picchu del norte del Perú’. Y entonces, a medida que ascendemos, podemos observar poco a poco la geografía donde se desarrollaron los Chachapoyas.

Tras las huellas de los chachapoyas  

Las murallas de Kuélap alcanza a medir 20 metros de alta y 600 de largo. Foto: Wilson Garcia

Después de un ameno paseo por el aire y atravesar un sinuoso camino al otro lado de la quebrada, llegamos a la ciudad fortificada de Kuélap colocada mágicamente en la cúspide de la montaña Barreta, desde donde roba más de un suspiro a cualquiera que la tenga al frente.

Estas sorprendentes estructuras se alzan como un adelanto de lo que veremos más adelante al interior de  la ciudadela , cuya urbe se levantó, sobre un área de aproximadamente 450 hectáreas.

Y mientras más de un viajero se queda boquiabierto con tanta maravilla, recorremos su imponente estructura de 20 metros de alto y 600 de largo. Al rodear estas murallas nuestros pasos nos conducen a la puerta tres , siempre guiados por Abraham Añazco Díaz, que pese a sus 60 años, está más que lúcido y conoce mejor que nadie los secretos de la ciudadela de Kuelap.

Para algunos arqueólogos e historiadores, el nombre original de los chachapoyas era ‘sachapoya’ significa ‘monte de nube’  o la ‘selva neblinosa’ (sacha: monte y poya:nube). Otros, en cambio afirman que el término proviene de ‘el guerrero de las nubes’, debido a que a los lejos se observaba cómo estos guerreros amazónicos se perdían entre la neblina.

Al poner un pie en Kuélap, atravesamos un túnel que se va estrechando hasta que solo una persona puede pasar. “Los delgados pasadizos de la entrada permitían el paso de una sola persona. Esta táctica facilitaba a los ‘guerreros de las nubes’ a contraatacar a los desafortunados incas durante la invasión”. Pero, continúa Abraham, esa ventaja no duró demasiado y finalmente cayeron en las manos de los hijos del sol, quienes ni siquiera pudieron disfrutar de la conquista de la ciudad de los Chachapoyas porque a los pocos años (1532) llegó la invasión española y bueno… la historia ya la conocemos.

Detalles de la ciudadela de  Chachapoyas Foto: Hacienda Achamaqui

Esos mismos episodios se observan al interior de este lugar sagrado. Sí, Kuélap nunca fue una fortaleza, como alguna vez lo bautizó el juez Juan Crisóstomo Nieto tras mostrarlo al mundo como la ‘Torre de Babel del Perú’  en 1843.

Dentro de esta ciudadela se puede observar hasta hoy las más de 500 estructuras de planta circular y alrededor de cinco en forma rectangular que habría pertenecido a los incas. La mejor parte del sitio, aseguran, se encuentra en la parte más alta de Kuélap. Se trata de una habitación usada para desarrollar rituales.

La cultura chachapoyas se posicionó en las montañas de Amazonas mucho antes que los incas. Foto: Hacienda Achamaqui

“Los chachapoyas tenían la costumbre de tirar piedras hacia el cielo a través de ondas durante la época de verano. De esa forma atraían la lluvia”, revela el aficionado por la historia de Amazonas. En el lugar se encontró cerca de dos mil 500 proyectiles que confirmaban esa versión.

Otro dato curioso es que este ícono turístico se revela al  mundo 22 años después de la proclamación de la Independencia del Perú y 66 años antes que se descubriera Machu Picchu. Aun así, la hemos llamado curiosamente “el otro Machu Picchu”.

Ironía o desinterés. Lo cierto es que esas plataformas circulares, torreones, tinteros, templos y miradores estuvieron abandonados por varias décadas. Solo en 1979 fue abierta al público gracias al apoyo de desinteresados arqueólogos y guías locales decididos a difundir el turismo con el fin de conservar el legado de los chachapoyas.

Noches en compañía en Hacienda Achamaqui Foto: Wilson Garcia

A diferencia de Machu Picchu,  en Kuélap se realizan trabajos de conservación con el fin de mantener la estructura original. Podríamos decir que cuando sea inscrita como Patrimonio Mundial de la Unesco, posiblemente se convierta en un atractivo igual de importante que las estructuras que hay en el Ombligo del Mundo.

Hasta esperar esa visión futurística, aprovechamos las últimas horas del día para regresar a la comodidad de la Hacienda Achamaqui. De vuelta a sus confortables ambientes y bien amobladas habitaciones se puede experimentar una calma en este refugio en compañía de grandes amigos y al lado del susurro del río.

Recomendamos

Alojamiento y tours: en el Hotel Casa Hacienda Achamaqui
Lugar: a 20 Km de la ciudad de Chachapoyas, en el valle de Utcubamba (Amazonas)
Web: www.achamaqui.pe
Teléfonos: Tlf. (+51) 933 189 224
Reservas: reservas@achamaqui.pe 

En Rumbo

Viaje: de Lima a Chachapoyas (la capital de Amazonas) por vía terrestre (23 horas). En avión: 60 minutos aproximadamente de Lima a Jaén (Cajamarca). Luego tomar colectivo o alquilar una Minivan hasta Chachapoyas. Tiempo: 180 minutos. Kuélap está situado a 72 kilómetros de la ciudad Chachapoyas en el distrito Tingo (Luya).

Planifique su próximo viaje  Rumbos Viajes: rumbosviajes@rumbosdelperu.com

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