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Vilacota Maure. Una reserva a la tacneña

Vilacota Maure, un refugio para la naturaleza salvaje . Foto: Ricardo Ramos

 Cuando recorrían la costa sur de Arequipa, Moquegua y Tacna, continuando con los Rumbos del sur, el equipo periodístico de esta casa decidió cambiar de aires, para explorar el Área de Conservación Regional Vilacota Maure (Tacna), promovido por la Asociación Condor Travel-Wings y el Centro Bartolomé de las Casas (CBC) a través del El Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (PPD) es implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y cuenta con el respaldo del Ministerio del Ambiente de Perú (MINAM) con el objetivo de impulsar negocios sostenibles que respeten la cultura local y el medioambiente. Una zona protegida que sorprende por su belleza paisajística -nevados, volcanes, lagunas, géiseres- y su diversidad de flora y fauna, incluyendo especies vulnerables o en peligro como el suri y la taruka.

Por Rolly Valdivia 

“Hasta 30 he visto. Juntitas iban por la pampa”, repite sin titubear, a pesar del gesto de incredulidad de ese recién llegado que lo cuestiona con un ¿usted está seguro, capaz se confundió? Ni lo uno ni lo otro. Él se aferra aguerridamente a su versión. Eran 30… y punto. Total, no tiene porqué andar inventando historias que dejen boquiabiertos a los viajeros que se detienen en su centro poblado.

Foto: Ricardo Ramos

¿Quién sabe?… tal vez, esa es su manera de animar a los foráneos que después de un congelado buenos días, preguntan si hay algo caliente para espantar el frío y el soroche en Ancomarca. ‘Sí, claro, bajen nomás’, entonces, los que partieron de Tacna antes del amanecer, entran a una tiendecita en la que no existen demasiadas provisiones. Eso no importa. Hay una mesa y una señora que ofrece mates y tés.

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Con eso bastaba. Era más que suficiente. El pan con huevo frito fue un exceso, sin duda un atrevimiento después del vertiginoso y rápido ascenso del llano a la altura (3 horas aproximadamente). Quizás debió advertírselos el hombre que no titubea, pero él ya se fue a pastorear o, acaso, enrumbó hacia el Tripartito, ese anexo peruano que limita con Bolivia y Chile. “Allá hay feria todos los domingos y hoy es domingo y está cerca, ¿por qué no van?”.

Foto: Rolly Valdivia

Diciendo eso se marchó. Quién sabe si va con suerte y otra vez encuentra hasta 30 suris en los páramos del Área de Conservación Regional Vilacota. Su récord personal. Una marca cercana al 10 por ciento de toda la población de estas aves en el Perú. Un ave que corre, pero no vuela. Un ave que se asemeja a las avestruces. Un ave endémica de Sudamérica que en el país solo habita en Tacna, Moquegua y Puno.

Foto: Ricardo Ramos

Según el censo realizado por el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre en 2016, en esas tres regiones se registraron solamente 350 ejemplares de Rhea pennata (ese es su nombre científico). Una cifra preocupante que revela el riesgo que corre esta especie por acción del hombre, siempre del hombre que las caza, les roba sus huevos y depreda su hábitat, como se menciona en un informe de Mongabay.

Encuentros cercanos

No era falta de confianza, solo que era difícil de creerle a ese hombre de piel cobriza de Ancomarca (distrito de Palca, Tacna), como también era un imposible que los foráneos que habían abandonado temporalmente una ruta costera y pisquera en la costa sur, decidieran partir hacia Tripartito. Su escapada tenía un rumbo claro: las montañas y géiseres, las cascadas y lagunas, las iglesias y comunidades de Vilacota Maure.

Foto: Ricardo Ramos

Creada el 27 de agosto de 2009, esta ACR tiene una extensión de 124 313 hectáreas. Administrada por la Gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional de Tacna, su territorio fluctúa entre los 3500 a los 5700 m.s.n.m., atesorando en sus escenarios cordilleranos y altiplánicos, la mayor biodiversidad de esta parte del país. Un magnífico refugio para especies vulnerables o en peligro de extinción, como el suri, la taruka, la vicuña, la yareta y los queñueales.

Y van en su búsqueda. Exploran. Descubren. Ven iglesias antiguas, abandonadas, de piedra y sillar en Pampa Uyuni, Conchachiri y Mamuta. Montañas lejanas cubiertas de nieve. Lugares en el que el horizonte ya no es peruano. “Eso es Chile, no tomes fotos”, bromea Hernán, quien dejó su tierra y migró a Antofagasta, quien recorre los caminos como músico, quien espera que Calientes, su valle de géiseres humeantes, se consolide como un atractivo turístico.

Foto: Rolly Valdivia

Pero no hay que adelantarse. Eso será mañana. Ahora están buscando y encontrando vicuñas -y ahí están, cerca de la carretera y son hermosas y delicadas e inspiradoras; duele pensar que las balas traicioneras de los cazadores estuvieron a punto de acabar con ellas-. También ven suris. No son 30, son menos, cinco o seis.

Foto: Ricardo Ramos

¡Qué importa! Están libres y están vivas. Son protegidas en Vilacota Maure, ocurre lo mismo con la solitaria taruka o venado andino que aparece como un milagro entre las curvas que anunciaban el final de la primera jornada. Ahora ya nadie tiene frío. Lo vivido en la catarata Conchachiri, formada por las aguas del río Maure, en la represa de Jaruma, en los dominios de la cordillera volcánica del Barroso, en el tramo del camino inca que sigue vigente en Tarata (3083 m.s.n.m.), espantan al soroche mejor que los tés y los mates.

El valle del humo

Foto: Rolly Valdivia

La señora Juana tejé con palitos y a croché. Ella no usa tintes, ‘colores naturales de la alpaca nomás’. La señora Juana también cocina: charqui y trucha, joven. La señora Juana es la presidenta de una asociación formada por ocho integrantes. Todas son artesanas. Todas son de Calientes (Candarave), donde la aguas hierven. Aquí se han registrado 85 géiseres, aunque todos dicen que son más.

“Como 200 hay”, asevera Hernán. No es el único, José Rosario, un servidor de la madre tierra -así se presenta este hombre aimara- coincide con su paisano. Él no se equivoca. Él conoce el nombre de todos los cerros y con hojitas de coca y otros elementos, se conecta con ellos y la Pachamama. Sabe mucho, pero está lejos de ser un yatiri o un chamán. Eso es otra cosa. Eso es de respeto.

Foto Ricardo Ramos

Igual que los géiseres, esos yacimientos de aguas termales que emanan vapor. De diferentes tamaños y formas, estos botan humo, mucho humo, como si la tierra estuviera quemándose por dentro; una imagen que contrasta con el hielo que se forma en las orillas de la laguna de Vilacota (provincia de Tarata), el espejo de agua a 4455 m.s.n.m. que le da parte del nombre a una ACR en la que se han registrado 97 especies de vertebrados y 114 especies de plantas.

Foto: Rolly Valdivia

Vida, mucha vida en parajes que parecen inhóspitos y hostiles, en un refugio de la naturaleza que debe ser respetado y desarrollado de manera sostenible. Solo así las generaciones futuras podrán acercarse a un bosque de queñual, ese árbol que reta a las alturas, conocer las propiedades de la yareta, la planta del altiplano que cura hasta los dolores de muela, y avistar huallatas y parihuanas, las aves que según Abraham Valdelomar inspiraron a San Martín.

Pero si equivocamos nuestros pasos, la riqueza natural de Vilacota Maure se perderá para siempre. Si eso ocurre, nadie creerá que unos foráneos -ustedes o nosotros- pudieron ver varios suris cerca de una carretera. Sí, la situación es clara, si no se hace lo correcto en este territorio, una historia como esta parecerá tan solo la invención de un viajero con ínfulas de literato o ataques de nostalgia.

Foto: Ricardo Ramos

En Rumbo

Cómo llegar: Las agencias de viajes de Tacna ofrecen tour de uno o dos días a la ACR Vilacota Maure. Si se anima a viajar, respete el medioambiente.

La ruta: Día uno: Tacna-Alto Perú-Ancomarca-Pampa Uyuni-Conchachiri-Mamuta-Represa Jaruma-Tarata. Día dos: Tarata-Laguna Vilacota-Calientes-Santa Cruz-Tarata-Tacna.

Descanso: En Tarata Lodge encontrará comodidad y un ambiente propicio para el descanso. Sus instalaciones son cálidas y acogedoras, además, su ubicación le permite apreciar el paisaje de Tarata y unas hermosas puestas de sol.

La ACR: El Gobierno Regional de Tacna administra Vilacota Maure, a través de la Gerencia Regional de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente.

Distritos: La ACR incluye a los distritos de Palca (provincia de Tacna), Tarata, Ticaco y Susapaya (provincia de Tarata); y Candarave (provincia de Candarave).

Turismo: La ACR se está abriendo a los visitantes. La apertura es promovida por la oenegé Wings, Condor Travels y el Centro Bartolomé de las Casas. La propuesta se basa en el respeto al medioambiente y el desarrollo de las economías locales.

El dato: Tarata fue devuelta al Perú antes que Tacna. El retorno a la patria se produjo en 1925.

Censo: Según el censo de suris del Serfor, Tacna es la región que alberga el mayor número de ejemplares de esta especie: 166.

 

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