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Destinos Largos

Colca escondido: Cañón de sorpresas

El valle y el cañón del Colca en Arequipa es mucho más que sus iglesias, sus andenes y sus cóndores. Descubra en esta crónica algunos de sus otros atractivos.

Por Rolly Valdivia

No le gusta montar a caballo pero allí está, aferrándose a las riendas de su cabalgadura con desesperación de náufrago a la deriva en una noche torrentosa en medio del océano. Quizás debería renunciar a su propósito y desmontar de una buena vez, aunque -hay que decirlo- eso es imposible. No sabe cómo hacerlo. Necesitaría ayuda. Eso jamás, es la respuesta de su orgullo.

Mirador de la Cruz del Cóndor, en el Cañón de Colca.

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Así, convertido en incierto y temeroso jinete, se aleja del pueblo de Pinchollo en Caylloma, Arequipa, se interna -cerrando filas- por una geografía que es pampa de altura y requiebre montañoso. ¿Y si voy caminando?, propone entusiasta y esperanzado a sus compañeros de ruta. Ellos se burlan y se mueren de la risa al ver su cara de miedo. ‘Vamos, ya falta poco’, le mienten con descaro.

Fortaleza de Chimpa. Foto: Promperu
Cóndor Andino (Vultur gryphus) volando en el Cañón de Colca.

Le ocurriría lo mismo en Tuti -otro pueblo del valle del Colca- cuando ascendía a Pumunuta, una fría oquedad que los antiguos convirtieron en depósito de alimentos. También lo oyó sin creerlo en el retador camino hacia la fortaleza de Chimpa en Madrigal, complejo arqueológico erigido por los collaguas, mirador perfecto para otear uno de los cañones más profundo del planeta.

Vista panorámica del Colca. Foto: Promperú

Los recuerdos atenúan su temor en la ruta hacia el geiser de Pinchollo o Hatun Infiernillo. Y es que, a pesar del cansancio de aquellas travesías, siempre retornó victorioso, maravillado, convencido de que era una buen decisión explorar un poco más del Colca, que no solo es un rosario de iglesias coloniales, un sinfín de andenerías prehispánicas, una atalaya para observar el vuelo del cóndor.

Geiser de Pinchollo

Por eso hoy cabalga derrotando sus miedos y soportando las chanzas de sus compañeros de ruta, los mismos con los que llegaría a las cercanías del Mismi para conocer una de las posibles nacientes del Amazonas; y, con los que partiría de Cabanaconde, con destino a la catarata de Fure, un velo escondido, lejano, poco visitado. Una aventura que puede tomar hasta cuatro días a pie y en mula.

El Colca un destino clásico para un encuentro con una de las aves más grandes del planeta. Foto: Mariela Goyenechea

Ahí si lo dejaron andar. No como ahora que solo bajará del caballo cuando llegue al vaporoso geiser, entonces, solo entonces, dejará de sentirse como un náufrago en una noche de tormenta. Volverá a ser un viajero.

Canotaje en el río Colca . Foto: Promperú

En rumbo:

Distancia: Chivay (3 400 m.s.n.m.), la capital de la provincia de Caylloma, se encuentra a 151 kilómetros de Arequipa. Tiempo de viaje: tres horas. Buses todos los días.

Pasado: Los collaguas y cabanas son los pueblos ancestrales del valle del Colca.

Religiosidad: En todos los pueblos del valle resaltan las iglesias coloniales. El templo de Lari es conocido como la Catedral del Colca.

Aventura: Quienes gustan de la acción podrán practicar canotaje, trekking, ciclismo de montaña, escalada, entre otras actividades deportivas.

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Catarata de Fure. Foto: Difusión

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