Un viaje por el desierto de Nasca donde el huarango resiste, la memoria brota y la conservación aún es posible.
En pleno desierto de Nasca, donde el sol castiga y el agua es escasa, aún crecen árboles que nacieron en el prehispánico. Son huarangos milenarios, guardianes silenciosos de un ecosistema único en el mundo. Pero hoy, están en peligro.

A lo largo de la cuenca del Río Grande, especialmente en el relicto de los médanos de Usaca, se libra una batalla entre la restauración ecológica y la devastación. En el año 2016, un incendio arrasó al menos ocho hectáreas de ese bosque seco, afectando ejemplares de huarango con siglos de historia. Frente a esta emergencia, surge un llamado a la acción, la memoria y el compromiso.
Usaca: reforestar el desierto, restaurar la historia
El proyecto Usaca, ubicado al sur de Nazca, es una de las pocas iniciativas de restauración ecológica del bosque seco costero en el Perú. Este proyecto ha logrado proteger y regenerar relictos de huarangos milenarios, que crecen sobre suelos arenosos en plena duna móvil.




Allí, organizaciones como Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), el Instituto de Montaña y comunidades locales trabajan juntas en la reforestación con Prosopis pallida, también conocido como huarango. Árboles resistentes que cumplen funciones ecológicas esenciales:
– Fijan nitrógeno al suelo
– Capturan carbono
– Conservan la humedad
– Albergan biodiversidad
– Protegen el suelo contra la desertificación
El incendio y las amenazas latentes

En enero de 2016, un incendio forestal afectó seriamente el relicto de Usaca. A pesar de los esfuerzos de restauración, la regeneración del huarango es extremadamente lenta. Un árbol puede tardar décadas en alcanzar su plenitud ecológica. Por eso, cada hectárea perdida equivale a siglos de retroceso.
La amenaza no es solo el fuego. También lo son la expansión urbana informal, las actividades mineras, el cambio climático y, recientemente, el intento de recorte de la poligonal protegida por la Unesco en las Líneas de Nasca.
Además de ser un escenario arqueológico, la cuenca del río Grande —que atraviesa la pampa de Nasca— alberga una red de quebradas, valles y desiertos que sostienen una biodiversidad única y escasamente documentada. Nueve ríos estacionales recorren este territorio, formando uno de los últimos corredores biológicos entre los Andes y el litoral peruano. Hace siglos, estos valles eran hogar de densos bosques de huarango (Prosopis sp.) y otros ecosistemas costeros que ofrecían refugio a especies como el cóndor, el guanaco y el esquivo gato del desierto.
El libro: “Río Huarango”, memoria del bosque seco

Para visibilizar este drama y conectar con el alma del desierto, nace la publicación “Río Huarango”, un libro digital y físico que narra, a través de fotografías, mapas, testimonios y ensayos, la historia ecológica de la cuenca del río Grande y lo reivindica como una prioridad de conservación.
El libro introduce el Proyecto Usaka, una iniciativa impulsada por la ciudadanía para establecer una concesión para conservación en la quebrada de Usaca, uno de los últimos remanentes del bosque seco costero ubicados en la cuenca del río Grande.
La propuesta de concesión contempla acciones de vigilancia y restauración ecológica, desarrollo comunitario, educación ambiental y turismo responsable. Sin embargo, por ahora, espera su aprobación por parte del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Los autores de esta obra son tres referentes en el estudio y la defensa del paisaje peruano:

Walter Wust: Fotógrafo, editor y naturalista peruano. Ha documentado durante décadas los ecosistemas y culturas del Perú. Su mirada está detras de muchas de las imágenes más icónicas del patrimonio natural del país.
Luis Vereau: Antropólogo, escritor y especialista en temas de paisaje, memoria y territorio. Su prosa conecta los hilos entre naturaleza, historia y comunidad.
Tito Cornejo: Conservacionista y promotor de iniciativas de desarrollo sostenible. Ha trabajado de cerca en el proyecto Usaca y en la defensa de los relictos de bosque seco en la región.
Salvar al huarango es salvar el futuro del desierto. Este libro no solo es una denuncia, es una herramienta para educar, sensibilizar y actuar. Comparte, difunde y forma parte de quienes quieren que el bosque seco vuelva a respirar.
En rumbo:
Bosque: Más de 30 especies asociadas al huarango en Nazca
Desastre: 8 hectáreas afectadas por el incendio de enero 2016 en Usaca
Milenario: Un huarango puede vivir más de 1000 años
¿Dónde conseguir el libro? : Puedes explorar y leer la versión digital gratuita aquí:
https://riohuarango.ebook.com.pe/
Y adquirir la edición física en:
Librería El Virrey
Conoce sobre el Proyecto Usaka: https://proyectousaka.my.canva.site/
