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Parihuanas emprenden vuelo en los humedales de Chaviña Foto: James Posso
Ambiente

Chaviña, el humedal desconocido

Por Rolly Valdivia Chávez

La conservación y sostenibilidad de los humedales de Chaviña, en el distrito de Bella Unión (Caravelí, Arequipa) es una tarea prioritaria e indispensable que la autoridad municipal y la población organizada -con el asesoramiento de la Asociación Ñan Perú- han emprendido con la finalidad de proteger este espacio de vida y sembrar las bases de un desarrollo que priorice la actividad científica y el turismo altamente especializado, como una manera de preservar su biodiversidad, además de dinamizar el desarrollo económico de la ciudadanía. 

Ellos no eran sus vecinos ni paisanos, pero estaban ahí, cada cierto tiempo aparecían ahí, con sus camionetas gigantescas y sus armas sofisticadas que disparaban muerte, ante la complacencia y regocijo de sus familiares y amigos que, desde sus cómodas butacas outdoor, lo observaban todo con una copa de vino, un vaso de wiski o una cerveza bien helada entre sus manos.

“Hasta tenían unos palos en los que colgaban a sus presas”, recuerda Mónica Ellis Chávez, la agente municipal del anexo de Chaviña del distrito Bella Unión. Ella, al igual que muchos de sus coterráneos, evoca con indignación y pesar esas distendidas excursiones con olor a pólvora y parrillada, en las que un grupo de foráneos ‘jugaban’ a probar su puntería en los humedales de su tierra.

Foto: James Posso

Disparar. Fallar. Acertar. Matar. Extraña forma de divertirse, de pasarla bien, de relajarse en un lugar sorprendente de la costa norte arequipeña que alberga a más de 70 especies de aves, entre residentes y migratorias, según el primer reporte del biólogo Pablo Merino Sandoval, lo que representa un gran potencial para el desarrollo de investigaciones científicas y el turismo especializado. 

No para la caza. Jamás para la caza porque “le tengo cariño a la naturaleza y debemos cuidar lo nuestro. Por eso nos organizamos”, cuenta la agente Ellis, una mujer aguerrida que nació aquí -como sus padres y abuelos- y, como nació aquí, sabe trabajar la chacra y pastorear a los animales. También ha disfrutado de los refrescantes baños en la boca del río y de las olas playeras en el verano. 

Ella creció, además, viendo a las parihuanas, a los zambullidores, a las golondrinas, a las garzas y a toda la avifauna de Chaviña -incluyendo a los sombríos gallinazos de cabeza roja-, entonces, como no iba a molestarse “cuando esos adinerados” llegaban a matar a los patos silvestres. Eso estaba mal. Eso no debía permitirse. Lo sabía sin ser científica ni ornitóloga. Lo sabía porque así se lo dictaba su corazón.

Y esos latidos eran certeramente apasionados. Por eso los escucho y decidió pasar a la acción en 2008, enviándole una carta al alcalde distrital. En la misiva solicitaba protección para los humedales. Ese fue el primer documento que envió, mas no el único. Hay otros, como el que nos muestra durante la entrevista en su oficina de la agencia edil. 

Foto: Foto: James Posso

Ese es nuestro refugio temporal mientras Merino, biólogo de la Asociación Ñan Perú, explica en una sala contigua la importancia de las aves y la necesidad de conservar sus hábitats. Sus palabras generan entusiasmo entre la numerosa asistencia, algo que no sorprende a los locales porque “entre el 80 y 90 por ciento de la población (que supera las 300 personas) está contenta y apoya la preservación de los humedales”, asegura nuestra entrevistada.

Mónica -madre, abuela, dirigente social y emprendedora que ha hecho de todo un poco- también está contenta. Y es que su sueño de lograr que el ecosistema costero esté protegido, “bien protegido y ordenado”, empieza a hacerse realidad gracias la acción coordinada entre el municipio distrital, Ñan Perú y la ciudadanía sensibilizada y deseosa de conservar lo suyo.

Disparos de vida

“Cuando conoció la zona parecía un niño al que le han dado un caramelito”, bromea Mónica al relatar la primera visita del geógrafo James Posso, el presidente de Ñan Perú, quien confirma la historia y revela que, en aquel momento sucedido unos cuantos meses atrás, lo único que quería era disparar, disparar mucho, pero no para eliminar patos sino para documentar lo que sus ojos estaban viendo. 

Foto: James Posso

Al borde del shock, Posso no podía creer que ‘más allacito nomás’ de la Panamericana Sur -un camino que ha recorrido tantas veces- existía un espacio biodiverso formado por las aguas del río Acarí (o Chaviña) que descienden desde las alturas de Ayacucho. Estas, antes de comulgar con el mar, son detenidas por un dique natural. Ese es el origen de las lagunas que atraen infinidad de aves.

“La ruptura del dique es todo un espectáculo. Lo tenemos filmado”, se ufana ahora el visitante que parecía un niño, un niño que se ilusiona con la ejecución de un proyecto convocante e integrador que asegure la conservación del ecosistema y, a la vez, contribuya al desarrollo turístico de un distrito que cuenta con otros atractivos, como el Museo Paleontológico de Sacaco, un sistema de lomas y varias playas perfectas para disfrutar del verano.

¿Es posible lograrlo?… Posso no tiene dudas. Él confía que los humedales se convertirán muy pronto en un área de conservación regional -ya se ha sensibilizado a los consejeros de Arequipa- y, posteriormente, en una Reserva de Biosfera decretada por la Unesco. Cuando eso ocurra, se sentirá nuevamente como un chiquillo que recibe un puñado de dulces por su buen comportamiento.

No será el único. Esa alegría será compartida por Mónica Ellis, quien desde el 2014 atesora en un USB imágenes de las aves del humedal. “Ahí está la espátula rosada, aunque yo no lo sabía, creía que era una parihuana”. La Platalea ajaja (ese es su nombre científico) catalogada como rara y que solo suele encontrarse a lo largo de los ríos de la Amazonía, según la Guía de Aves del Perú, es uno de los hallazgos más significativos de la evaluación ornitológica de Pablo Merino.

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Pero hay otras especies que dejarían boquiabiertos a los birdwatcher, como el halcón peregrino, la garza cuca, el chotacabra, el huerequeque, el cernícalo, la parihuana chilena, la golondrina peruana y el huerequeque, por mencionar solo algunas de las se avistan en este paraíso escondido en el que hay bosques de olivos y un extenso gramadal, donde es posible toparse con un fotogénico zorro andino. 

“Le gusta posar y está bien alimentado”, afirma Posso. “Son varios. Hay una familia”, agregaría un vecino. Buscamos y no encontramos. Mala suerte con el zorro. Buena fortuna con los documentos del archivo. Agosto de 2011. La agente municipal informaba sobre “la reiterada presencia de los cazadores furtivos en nuestra boca de río y laguna”.

Ese hecho que generaba su preocupación y la de la población del anexo, es calificado en la misiva como un “atentando contra nuestro ECOSISTEMA… Por lo que se hace necesario que nuestra boca de río y laguna sea declarada área natural protegida…”. 

Vecinos al mando

Foto: Rolly Valdivia

Voz de alerta. Llamados a la acción. Coordinar con los vecinos. Decidir que era el momento de actuar contra los cazadores. Esa fue la dinámica. La impetuosa labor conservacionista de una agente municipal.

“Nos pusimos de acuerdo para llamar al serenazgo cuando los cazadores aparecían. Algunos entendían nuestra posición, otros reclamaban, nos decían que tenían permiso, entonces, la policía intervenía y hasta se los llevaban”. Pero eso no era suficiente. A pesar de sus esfuerzos ellos “seguían viniendo, aunque ya sabían que nosotros estábamos alertas y nos movilizamos”. 

Los recuerdos coinciden, se replican, se relatan en distintos lugares de este poblado “sembrado” a la vera de la Panamericana que tiene fama entre camioneros y viajeros frecuentes por el sabor extraordinario de sus cojinovas, lornas, lapas y erizos, entre otros pescados y mariscos frescos, fresquísimos, que se sirven con generosidad en sus rústicos restaurantes. 

“Solo nos conocen por nuestra gastronomía”, admite Nilton Vilca Alarcón, uno de los vecinos que, junto a Félix Pérez Salinas, se ‘alistaron’ con la agente Ellis en la cruzada de expulsar a los foráneos armados porque “nosotros somos privilegiados al tener estos humedales que ya no existen o se están perdiendo en otras zonas”, reflexiona durante un descanso en una larga e intensa jornada de limpieza.

Foto: Rolly Valdivia

Botellas, sandalias, cartones, tecnopor, mascarillas y prendas de vestir, nutren, ensanchan, engordan un sinnúmero de bolsas negras que se erigen como una montaña de desperdicios. “Esos desechos son traídos por el río”, dicen los hombres y mujeres que recorren el gramadal con la misión de liberarlo del plástico invasor que es una amenaza para las aves y la salud del frágil ecosistema.

“Hay que concientizar a la gente, sobre todo a los que viven en la parte alta porque los residuos no se pueden echar en cualquier lugar”, aconseja y adoctrina Vilca antes de continuar con una labor en la que no está solo. Varios paisanos y vecinos lo acompañan. Así, hermoseando sus humedales, ellos celebraron el Día Mundial del Turismo, el pasado 27 de setiembre.

Y, como lo bueno debe de repetirse, el subgerente de Desarrollo Económico y Gestión Ambiental de la Municipalidad Distrital de Bella Unión, Miguel Legua, asegura que no será la última campaña, porque “la preocupación del alcalde, Daniel Denegri Ayala, es poner en valor a los humedales y desarrollar el ecoturismo, para no perjudicar a la flora ni a la fauna”.

Una excelente noticia. Un deseo que debe concretarse paso a paso y sin perder el rumbo. Por ahora, vientos de esperanza soplan en Chaviña para alegría de Mónica Ellis, Nilton Vilca, Félix Pérez y todos aquellos que sin ser científicos ni ornitólogos, decidieron defender a las aves, iniciando así una inspiradora historia en favor de la conservación, cuyas páginas más importantes están por escribirse.

Fotos : Rolly Valdivia

Los datos

*En 2018, los humedales fueron declarados Área de Conservación Municipal. Esta ACM tiene una extensión aproximada de 40 hectáreas. 

*La agricultura, la pesca, la recolección de algas y la gastronomía son las principales actividades económicas en Chaviña.

* Los humedales de Chaviña todavía no están acondicionados para recibir turistas, por lo que se recomienda tener un poquito de paciencia y esperar a que estos se acondicionen adecuadamente, para incluirlos en las rutas viajeras. 

*Realice una visita virtual a la exposición fotográfica Humedales de Chaviña, alas de vida del geógrafo y fotógrafo James Posso Sánchez, en el siguiente link

*Caravelí es una de las tres provincias costeras de la región Arequipa. Esta limita con Nasca (Ica) y con Camaná. Playas, lomas, bosques de olivos y bodegas pisqueras son parte de sus atractivos. 

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