Portada » Soledad Mujica: «El Perú es asombrosamente rico en Patrimonio Inmaterial»
Cultura

Soledad Mujica: «El Perú es asombrosamente rico en Patrimonio Inmaterial»

  • Durante más de una década, Soledad Mujica ocupó la Dirección de Patrimonio Inmaterial del Ministerio de Cultura. Su inexplicable destitución generó el rechazo de diversas voces, conocedoras de su esfuerzo y dedicación para promover la investigación y promoción de las expresiones artísticas y culturales tradicionales del Perú. En esta entrevista con Rumbos, Mujica reflexiona sobre la diversidad y la riqueza cultural de nuestro país.

Entrevista: Wendy Rojas

El Perú es un país muy visitado que atrae particularmente por su cultura viva. En ese sentido ¿qué lectura tiene usted de nuestra nación?, ¿por qué asombra tanto la riqueza de nuestro folclor?

No es asombroso que el Perú tenga tanta cultura viva porque es un territorio muy grande y, además de eso, es muy diverso. La cultura viva siempre está ligada al territorio. Decir que tenemos costa, sierra y selva es una simplificación del asunto. En realidad hay muchas selvas, muchos andes y una franja costera muy rica.

Los pisos altitudinales marcan la diferencia en nuestro territorio. Son espacios que impactan en sus habitantes, generando múltiples culturas que nos han legado cerca de 50 pueblos distintos y lenguas diferentes. Si se revisa la historia, el territorio que hoy ocupa el Perú siempre ha sido diverso.

Por ejemplo, sabemos de los viajes de los chinchas por el mar llevando y trayendo productos. Todo ese comercio, ese intercambio y otros sucesos más, fueron configurando, de alguna manera, la diversidad cultural.

Ahora, ¿asombra esta diversidad? Debemos decir que a veces no reconocemos que tenemos tanto y tan a la mano. Si hablamos de arte tradicional, podemos decir que la cocina lo es. Pues es un fenómeno muy vinculado al territorio a través de los insumos. Es curioso anotar que está ligada, también, a lo ritual, porque tiene un valor simbólico, le damos sacralidad. Está atada a determinadas celebraciones.

También el alimento tiene que ver con la religiosidad. Entonces, nuestra diversidad cultural y nuestro patrimonio inmaterial está ligado a nuestra diversidad histórica y de territorio. No debe asombrarnos. Eso somos, una mezcla muy rica y diversa. Y lo más curioso es que somos un país que conserva nacionalidades e identidades locales dentro de un mismo territorio.

De alguna manera el turismo ha impulsado ese reconocimiento. O, al menos, lo ha puesto al alcance…

No tenemos esta riqueza gracias o solo para el turismo. Esa riqueza, primero que nada, es para nosotros. En segundo lugar, pienso que nuestra diversidad cultural es una herramienta para promover la visita a nuestro país, lo cual es estupendo, pero fundamentalmente es nuestra riqueza. Debemos aprovecharla y disfrutarla nosotros.

En todo caso ha aspirado a ponerla en valor…  

Ah por supuesto, pero quienes lo han conservado son los portadores de las expresiones culturales. Tenemos lo que tenemos porque lo hemos conservado.

¿Por qué entonces desconocemos mucho de nuestro patrimonio inmaterial?

Creo que valoramos algunos aspectos, pero otros no tanto. Es parte de esas diferencias que nos hacen tan odiosos unos contra otros. Una valoración negativa de la diferencia en vez de positiva. Sin embargo, considero que el viajero es positivo. Un ejemplo complejo es Taquile, que ha sabido aprovechar el impacto que tiene su cultura para mantenerla viva y generar inclusión económica. Pero, sobre todo, reconocimiento. Creo que lo que más les gusta a los taquileños es generar asombro, cuando son visitados por los compatriotas.

Ya que hablamos de riqueza inmaterial, nuestro país ha logrado tener reconocimiento internacional de varias de ellas, como la fiesta del Señor de Qoyllur Ritti, el puente colgante Qeswechaca, la Virgen de la Candelaria, por nombrar solo algunas. En ese sentido, ¿cómo se identifica este patrimonio que finalmente deja de ser local y se reclama para la humanidad? 

El Perú es asombrosamente rico en patrimonio material e, igualmente, en patrimonio inmaterial. Es inagotable, pero, seguramente, hemos perdido muchísimo, sobre todo, con la extirpación de idolatrías. Y, en las últimas décadas, con varios procesos dolorosos y complejos. Durante el terrorismo hemos perdido mucho patrimonio inmaterial. Se podía hacer ciertas fiestas, pero si tú preguntas: “¿cuántas fiestas había acá en los setenta?” vas a encontrar que en aquellas zonas había seis o siete y ahora quedan dos o tres. 

Lee toda la entrevista en nuestro nuevo número de Revista Rumbos

Enterate más sobre Rumbos