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Lomas de Carabayllo, un refugio verde en la ciudad

Abrigada entre nieblas y quebradas se encuentran las lomas de Carabayllo, un lugar que ostenta una gran belleza natural, un destino con enorme potencial ecoturístico sobre el cual los pobladores intentan construir los sueños del progreso.

Las lomas de Carabayllo es un lugar de paso obligado para los amantes del trekking. El ascenso se inicia en el asentamiento humano San Benito, luego continúa por un camino de tierra y cercos de piedras, para -por fin- sentir la energía vital de la vegetación entre los pies. Son varios kilómetros de rutas difusas que han sido trazadas por los inquietos pobladores del lugar que conocen la zona. Y sí es cierto, son los pies los que van haciendo camino porque aún no hay una ruta diseñada.

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La colección de empinados cerros lejanos que rodean estas magníficas lomas es arropada por la neblina, que ante los ojos del visitante, su mágica y azulada tonalidad, le confiere un aspecto casi surrealista al andar por este frágil ecosistema.

En los primeros 400 metros sobre el nivel del mar, el pasto pinta de una alfombra verde, y más arriba, sobre los 800 metros de altitud se impone el hogar de los árboles, y en la copa de los cerros, se mantienen de pie los enormes cactus, soportando incluso la temporada de verano en que se transforman en el “bosque seco”.

Tabacos cimarrones –principalmente- son los encargados de teñir de verde las casi 3 mil hectáreas que alberga la diversidad de este paraíso natural. Resulta fascinante avanzar hasta la cima de los cerros. Desde arriba se puede contemplar en panorámica el excepcional paisaje costero y las casas de adobe que rodean las lomas de Carabayllo.

Pero la flora se enriquece con mitos, huarangos, cayhua silvestre, ortiga, entre otras especies. Sólo esta loma con la de Ancón se han contabilizado 120 especies de vegetales. Riqueza alojada –que emerge todos los años y por esta época- en medio de nuestra franja desértica. Pero eso les importa poco a los traficantes de terrenos que se instalan con total impunidad alrededor de la zona menguando la biodiversidad existente.

Es más, uno de los perjuicios más visibles que los inescrupulosos han atentado contra el ecosistema ha sido el retiro de la hojarasca y las herbáceas de las faldas de los cerros. El perjuicio es evidente. La destrucción desparece semillas y todo signo de vida vegetal. Hoy, increíblemente se observan mantos áridos.

Aún así, entre los habitantes alados que quedan, se encuentra la lechuza de los arenales, los gorriones, palomas, tórtolas, el colorido turtupilín. En la tierra: roedores, serpientes, tarántulas, caracoles, mariquitas y otros insectos que dan vida a las lomas.

Los vientos también forman parte de este tipo de naturaleza. Las ráfagas hacen bailar a la vegetación al son del trino de los pajarillos que merodean la zona. Y a esto se suman las desafiantes formaciones rocosas que son parte de la diversión del recorrido: retar la imaginación de encontrar la figura precisa de animales y personajes conocidos. Y en el cielo de Carabayllo, unos aguiluchos sobrevuelan la celeste inmensidad.

Pasión de Carabayllo

Los picos de los cerros aquí llegan hasta los 1,300 metros de altura. La naturaleza ha regalado a los lugareños con una hermosa planicie, la preferida de muchas familias que acuden para disfrutar de una especie de “picnic”. Pero eso no es todo, también existe un manantial y el cauce de un riachuelo.

Es que las lomas de Carabayllo tienen un gran futuro. La frondosa vegetación sirve de aliciente para que los pobladores de mayor edad que siempre radicaron en este lugar, empiecen a contar las historias de pastores de cabras y ovejas que bajaban de Huarochirí en busca de forrajes. Un auténtico peregrinaje. Pero eso era en otros tiempos.

Otra de las bondades de estas cuestas es que en Semana Santa sirven de escenario para el teatro de la Pasión de Cristo. Si bien, en el imaginario limeño se ha instalado que la representación del Vía crucis está en el cerro San Cristóbal, sucede que aquí se vive el ascenso de un Cristo con todas las señalizaciones y sus respectivas estaciones. Los vecinos forman una muchedumbre ferviente de fe y se encaminan siempre hacia lo más alto. Como casi siempre, las buenas historias poco se difunden.

Enseñando el camino

Carmen Damián, nació, creció y vive muy cerca a estas lomas. Ella es ingeniera ambiental y junto a la población local y asociaciones como AGIDELCA o CIDAP viene trabajando en la preservación de los ecosistemas. Carmen junto al biólogo Félix Quivio Gómez -su entrañable compañero de defensa de este lugar- además de Javier y Luzmila García –dirigente de uno de los asentamientos- integran el Comité Lomas Verdes.

Juntos han logrado colocar carteles donde se anuncia una ordenanza municipal de Carabayllo que convierte a este lugar en área intangible de invasiones. De esta manera, Carmen y Félix intentan involucrar aún más a la población local en el desarrollo sostenible, es más, hasta el momento han ofrecido charlas a los alumnos de 5° de secundaria de 4 colegios nacionales de la zona. Hoy son 70 chicos de estos colegios que se han mostrado optimistas por la preservación de las lomas. Todo un logro.

Si todo sale bien, las Lomas de Carabayllo formarán parte de las Áreas de Conservación Regional -uno de los objetivos propuestos por la Municipalidad de Lima mediante el proyecto Lomas de Lima. De ser así, se pondrá fin a los traficantes de tierras.

Naturaleza, tradición, aire puro, son algunas de las bondades que los limeños tenemos a un paso. La gente está trabajando por la identidad de las lomas y sus servicios ambientales que ofrece. Este es un excelente lugar para pasar un día lleno de vitalidad. La Lima de “panza de burro” y de ambiente gris quedó atrás. Aquí se impone el color verde. La vida misma.

En Rumbo:

¿Cómo llegar?: A la altura del km 34.5 de la Panamericana Norte (por el Óvalo de Zapallal) tomar la línea “J” y bajar en el último paradero. De ahí se emprende el ascenso hacia las lomas.

Contactos: Proyecto Lomas de Lima: 315-1385 anexo 1585
Grupo Impulsor Juvenil Lomas de Carabayllo:
Comité Lomas Verdes: Carmen Damián, T. 951589193 / Félix Quivio Gómez, T. 998871510

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