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Presión sobre el valle de Lurín: cambian 1.700 hectáreas con fines comerciales y residenciales

Un análisis realizado por OjoPúblico en base a la información que contiene la propuesta técnica aprobada por el Concejo Metropolitano establece que el cambio afecta zonas arqueológicas intangibles e históricas al transformar 17 km2 de tierras que hoy además tienen un uso agrícola, de recreación y esparcimiento a fines comerciales y residenciales. El Concejo Metropolitano de Lima, con la mayoría de Acción Popular, decidió modificar la zonificación. Expertos señalan que la medida tomada por la gestión de Jorge Muñoz no es la idónea para el desarrollo de Lima.

Por Aramís Castro/ Gianfranco HuamánOjo Público

Casi 50 kilómetros al sur del centro de Lima, en el distrito de Lurín, se encuentra el último valle de la capital peruana y el complejo arqueológico de Pachacamac, uno de los más importantes del país. Es en esta zona de valor histórico y de últimos campos agrícolas, en donde la Municipalidad de Lima pretende cambiar la zonificación de uso recreacional y agrícola a uno comercial y residencial, en desmedro de las pocas áreas verdes que tiene la capital. El pasado 11 de marzo, el Concejo Metropolitano de Lima aprobó una ordenanza que autoriza estos cambios, sin tener en cuenta las reiteradas alertas y pronunciamientos en contra de colectivos vecinales y urbanistas.

La ordenanza, pendiente de su publicación en el diario oficial “El Peruano”, aprueba la propuesta técnica presentada por el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP) y cuenta con el visto bueno de la Municipalidad distrital de Lurín, que hizo pública la iniciativa desde diciembre del 2020. De acuerdo a esa propuesta, de los 36 km2 (3.600 hectáreas) destinados actualmente a usos comerciales y residenciales, se aumentará a 53 km2, es decir 47% más. Todo el distrito tiene una superficie de 181 km2.

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Un análisis realizado por OjoPúblico en base a la información que contiene la propuesta técnica aprobada por el Concejo establece que el cambio afectará el paisaje no solo de la parte histórica y arqueológica del distrito, sino también otras zonas urbanas. Los datos señalan que 17 km2 (1.700 hectáreas) que hoy tienen un uso para actividades agrícolas, de recreación y esparcimiento pasarán a tener usos destinados a fines comerciales y residenciales. 

OjoPúblico analizó diferentes áreas del distrito donde se podrían ver alterados los paisajes. Identificó que incluso en un área de casi 5 km2 (500 hectáreas) de zonas agrícolas localizadas alrededor de la Huaca Colorada de Lurín, el 90% se convertirán con la ordenanza en zonas residenciales, incluso afectando áreas intangibles del sitio arqueológico.

Esta grave situación ha sido alertado por el Ministerio de Cultura (Mincul) en un comunicado publicado por dicha entidad y alertan de otros casos similares. «Esta aprobación incluye el área intangible de otros tres monumentos arqueológicos: San Pedro de Quilcay, Cerro Colorado (Huaca Colorada) y Las Terrazas».

Además, dicha entidad también destaca que la modificación realizada por el Concejo Metropolitano no es válida.»Esta propuesta aprobada, debe contar con opinión favorable del Ministerio de Cultura, en especial lo que concierne al área de amortiguamiento de la Zona Arqueológica Monumental Pachacamac, de lo contrario es nula de pleno derecho».

Otra zona afectada corresponde a una superficie de casi 2 km2, clasificada hasta ahora para el uso recreacional y que está ubicada en los alrededores de las playas de Lurín. Con la nueva ordenanza se convierte a esos suelos como de usos comerciales. Según los parámetros urbanísticos del Instituto Metropolitano de Planificación y el análisis de Luis Rodríguez Rivero, director del centro de investigación de la arquitectura y ciudad de la Universidad Católica (PUCP), consultado para este reportaje, este tipo de zonificación permitiría la construcción de inmuebles de hasta 80 metros de altura (aproximadamente 28 pisos) según la normativa para construir edificios comerciales, pero el tipo de suelo hace que sea muy difícil construir obras de esa altura.

Según el IMP, actualmente el 63% (115 km2) del distrito corresponde a playas, pantanos, el río Lurín, aŕeas de recreación y esparcimiento, parques locales y zonales, áreas naturales, zonas de protección y paisajes, zonas agrícola, zonas de tratamiento especial y casas huertos. Con la aprobación de la actual ordenanza, este porcentaje se reducirá a 54%.

Así votaron los regidores

Durante la sesión en la que se aprobó la ordenanza, el alcalde Jorge Muñoz, se retiró antes de que se inicie el debate argumentando que tenía una “diligencia”. “Quisiera exhortar a que [el Reajuste Integral de Zonificación de Lurín] pueda ser revisado de nuevo en comisiones [porque] hay algunos cuestionamientos de diversas instituciones”, dijo y se retiró de la reunión.

El debate quedó a cargo del teniente alcalde de Lima y arquitecto urbanista, Miguel Romero Sotelo, y ese mismo día, el concejo aprobó con los votos de los regidores de Acción Popular el Reajuste Integral de Zonificación (RIZ) de Lurín, cuya propuesta fue elaborada por el Instituto Metropolitano de Planificación (IMP), dirigido por Juan José Espinola Vidal, de la Municipalidad de Lima.

Los 22 regidores de Lima que votaron a favor del cambio de zonificación fueron de Acción Popular (9), Podemos Perú (5), Perú Patria Segura (2), Unión por el Perú (1), Solidaridad Nacional (1), PPC (1), Perú Libre (1), Fuerza Popular (1) y Alianza para el Progreso (1). Ocho regidores de Acción Popular y uno de Perú Patria Segura se abstuvieron; mientras que otros dos de Acción Popular y dos de Podemos Perú votaron en contra de la ordenanza.

Anna Zucchetti, directora de la plataforma Mi Ciudad, considera que la aprobación de esta ordenanza evidencia una municipalidad dividida “en dos bandos”: uno que favorece a los negocios y otro que responde al alcalde y al Plan de Desarrollo Metropolitano al 2040 (Plan Met 2040). “Lo que no resulta coherente es que mientras se va trabajando la planificación de la ciudad, que considera ampliar espacios verdes, agrícolas, áreas de recreación pública, al mismo tiempo se destruyen grandes valores naturales, paisajísticos y ambientales como el que representa al valle de Lurín”, dijo a este medio. 

Amenazas frecuentes sobre el valle

Desde febrero del 2001, con la aprobación de la ordenanza que reguló el ordenamiento territorial y la gestión ambiental de la cuenca baja del río Lurín, los vecinos de esta parte de Lima han conocido y rechazado diferentes propuestas para modificar el uso de los suelos alrededor del último valle de la capital peruana.

“En los últimos años logramos que no se modifique la ordenanza [del 2001], hicimos contrapropuestas porque sí consideramos que es importante que se zonifique [el distrito] para evitar el desorden, las invasiones u ocupaciones. Pero ahora [con la ordenanza aprobada] estamos en shock, desde 2001 estoy peleando por salvar Lurín. Nosotros amamos nuestro valle”, señaló Gabriela García, vecina del distrito y representante del colectivo Defensores de las Lomas.

Por su parte, la decana del Colegio de Arquitecto de Lima, Lourdes Giusti Hundskopf, señaló que la ordenanza atenta contra el uso del suelo de la capital peruana. “Lurín es una reserva ecológica, la última área agrícola que tenía la ciudad. Esto va contra todo objetivo de un plan de desarrollo urbano sostenible que favorezca el equipamiento urbano en favor de la ciudad”, dijo a OjoPúblico.

El director del centro de investigación de la arquitectura y ciudad de la PUCP, Luis Rodríguez Rivero, dijo que la decisión del Concejo Metropolitano resulta un “contrasentido” porque se da cuando el municipio de Lima también tiene a cargo el Plan Met 2040.

“Estás actualizando un plan pero [también] sacan un cambio de zonificación cuando esto es parte del proceso de planificación. ¿Qué problemas trae? El mismo equipo que está haciendo el plan va a verse obligado a usar esa zonificación, lo cual está mal porque debieron definir eso como parte del proceso del plan con una mirada amplia de todo lo que implica la metrópoli en términos ecológicos. Es grave que la municipalidad al mismo tiempo hace un plan y al mismo tiempo sabotea su plan”, explicó.

Luego de que se conociera la decisión del Concejo Metropolitano, los ministerios del Ambiente y Vivienda alertaron sobre las consecuencias de la medida. Las dos carteras recordaron en un comunicado que habían pedido de forma reiterada que el cambio tome en cuenta una “evaluación robusta de riesgos por fenómenos vinculados a eventos climáticos los cuales se podrían agravar ante procesos naturales y antropogénicos inadecuados que ocurren en el valle de Lurín”.

En su pronunciamiento, ambos sectores señalaron que la modificación en Lurín generará “un impacto en los ecosistemas de la estructura ecológica de Lima Metropolitana, especialmente en el valle y su zona litoral; así como la consolidación de un modelo de ocupación que generará una pérdida progresiva de los espacios abiertos y una reducción de la calidad ambiental de nuestras ciudades”.

La alerta del Ministerio de Vivienda, además, se da en un contexto en el que tiene un convenio vigente desde enero del 2020 y financia con S/ 12 millones la elaboración del Plan de Desarrollo Metropolitano al 2040 (Plan Met 2040), por parte de la  Municipalidad de Lima. Dicho documento busca regular la gestión del desarrollo urbano desde cinco dimensiones: geográfica, social, económica, política y urbanística.

Ante los pronunciamientos oficiales del gobierno central, la Municipalidad de Lima indicó a través de sus redes sociales que aprobó la propuesta “luego del debate respectivo” y que era “concordante con el análisis del Plan Met 2040, pese a ser un documento todavía en construcción y sobre el cual no se tienen avances difundidos de manera pública.

A pesar de nuestros reiterados pedidos, la Municipalidad de Lima no atiende hasta la fecha las consultas enviadas por OjoPúblico sobre el Plan Met 2040.

En su comunicado, el municipio señala que la propuesta “conserva la zonificación y los parámetros edificatorios de la zona sin perjudicar el área de amortiguamiento del santuario [de Pachacamac] ni la zonificación vigente en su interior que abarca parcialmente el Borde Costero, el Trapecio de Lurín y el Valle Bajo”, pero no menciona las hectáreas de uso agrícola y esparcimiento que la ordenanza convierte a fines comerciales y residenciales. 

El regidor por Acción Popular, Carlos Mariátegui Aragón, indicó a OjoPúblico que el reajuste de zonificación se trabajó en paralelo al Plan Met 2040 porque Sedapal tiene planeado implementar, como parte de un proyecto en Lima, redes de agua y desagüe en varios distritos y no era factible que lo desarrolle en zonificaciones como casas huerto. 

«Optamos que este Reajuste Integral de Zonificación se vea de forma simultánea en el marco de este Plan para apresurar las instalaciones de agua y desagüe», dijo y agregó que si bien el Plan Met 2040 todavía era un documento en desarrollo «el levantamiento de información y territorio de análisis es el mismo», señaló.

Los diferentes colectivos vecinales y especialistas presentarán una acción de amparo con el objetivo de frenar la ordenanza municipal, según indicó la decana del Colegio de Arquitectos de Lima, Lourdes Giusti.

En febrero del año pasado, el Concejo de Lima también aprobó por mayoría el cambio de zonificación en el distrito de Pachacámac, medida que incluyó a 230 hectáreas. La ordenanza según la Municipalidad de Lima, “permitirá impactar positivamente en el desarrollo urbano de estas zonas” además de incentivar la inversión privada y pública en dicho municipio vecino de Lurín.

OjoPúblico también intentó comunicarse con la Municipalidad de Lurín pero sus principales gerencias se encuentran en proceso de cambios a raíz del lamentable fallecimiento del alcalde Jorge Marticorena Cuba a inicios de marzo

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