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Maíz de colores de exportación: de Huancayo para el mundo

En los pueblos andinos –especialmente en el centro del país- los maíces de colores atados entre sí y que embellecen las casas se llaman guayungas. Pero pocos saben que esas vistosas mazorcas son cotizadas como valiosos adornos en el extranjero.

Por:  Iván Reyna Ramos

Los campesinos de la provincia de Huancayo, Junín, tienen la vieja costumbre de guardar sus cosechas de maíz de colores en atados que ellos conocen como guayungas. Sin embargo, desde hace un tiempo, estas coloridas mazorcas han sido requeridas por empresas extranjeras que compran en grandes cantidades para revenderlas como productos de artesanía en sus países de origen.

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En una reciente visita al centro del país, encontramos a la familia Mallqui Meza del distrito de San Agustín de Cajas, en Huancayo, que laboriosamente preparaban dos mil cajas de guayungas para cumplir con los pedidos encargados desde Italia, Australia y Estados Unidos.

El proceso que siguen es pelar las mazorcas, amarrarlas de dos en dos, colgarlas y exponerlas al sol para el secado perfecto, y luego seleccionarlas por tamaño: grande, mediano, chico, micro. Antes de formar parte de las cajas, pasan por un riguroso control de calidad, como limpieza total, y estar libre de insectos, para que no se deteriore el producto.

Esta costumbre ancestral de los huancas, hoy se ha convertido en un negocio de exportación. La familia Mallqui Meza no venderá sus guayungas al comprador directo en el extranjero, sino que el negocio pasa por intermediarios. Es la historia de siempre: un atado de guayunga que en casa de los Malqui cuesta cinco soles, en Europa lo venden por 50 euros.

Si la Dirección de Comercio Exterior del Gobierno Regional de Junín pudiera abrir canales de comercialización directos con las empresas extranjeras, otras serían las condiciones económicas de los campesinos dedicados a esta actividad, teniendo en cuenta el esfuerzo que realizan por cultivar este maíz de colores -que la FAO reconoce como un tipo de maíz dulce-, además de recolectarlo y el afanoso trabajo de procesarlo.

En rumbo: 

Guayunga, es una expresión quechua que en español se puede traducir como: “forma de amarrar con sus mismas pancas las mejores mazorcas de maíz y sus granos más hermosos”.

Una vez que las guayungas están atadas, se cuelgan en sogas o cordeles amarrados en los altos de la entrada de la casa. Se pueden colocar aproximadamente 300 mazorcas por metro de soga.

El maíz es un cereal oriundo de América (todavía se discute si su origen es Mesoamérica o los Andes). En el mundo se han descrito 300 variedades de maíces, de las cuales, el 90% se encuentra en América y 53 de ellas en el Perú, según el Instituto Nacional de Investigación Agraria de la Universidad Agraria La Molina.

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