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Gastronomía

San Martín es más que Tarapoto 

Por Martín Vargas

Artículo de opinión

Pasta básica de cacao traída desde la frontera tocachina, naranjas extralarge made in Juanjuí, café altomayino que se sirve en Disney, chocolate chazutino campeón en Francia, helados de cocona, aguaje y taperibá que rayan en Tarapoto, macerados de coco de Pucacaca, sorbetes de bijao para limpiar la conciencia, platos de placenta de banana y fogones con lo mejor de la comida amazónica.

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Todo eso es un solo lugar y por primera vez en la cuna de las orquídeas o en la única ciudad amazónica con aire acondicionado incorporado, que es como también se conoce a Moyobamba, la capital de la región San Martín. Sí, la capital no es Tarapoto, así como tampoco la Laguna Azul de Sauce ni el Castillo de Lamas quedan en Tarapoto.

Y vale la pena precisarlo porque gracias a unos irracionales operadores turísticos se hizo un sancochado en la tierra de los juanes y la fantástica chonta. Todo se ha vendido como Tarapoto, la ciudad bullanguera que aloja al aeropuerto y restaurantes increíbles como La Patarashca, pero más allá de eso, las joyas turísticas están desperdigadas en la región y la región se llama San Martín. 

Por eso es que se organizó esta feria gastronómica que sacudió la pasividad de Moyobamba. Sabor a Selva cayó en plena semana turística de la ciudad, coincidió con la fiesta del Corpus Christi en la Plaza de Armas y sirvió de antesala a la Fiesta de San Juan, esa irrepetible tradición donde se pierde la cordura y se baila sin distinciones en urbanizaciones bien, calles de barrio y en las chacras con unsha incluida.

Morro de Calzada, en Moyobamba, San Martín. Foto Promperú

La idea es trabajar el sentido de pertenencia en los sanmartinenses, recordarles por qué deben sentirse tan orgullosos de sus raíces y contarle al país que esta región tiene cuatro destinos: Tocache, Abiseo, Tarapoto y Alto Mayo. Y cada uno de ellos tiene sub destinos fascinantes, casi inexplorados, pero con un potencial tan fuerte que es solo cuestión de mostrarlos con un poco de ingenio para que el boom turístico ayude a mejorar la calidad de vida del sanmartinense de adentro. De ese poblador que hace dos décadas renunció al cultivo de coca y ahora exporta sus majambos a Europa, pero transformados en adictivos chocolates blanquiñosos. 

El Rey: el Cacao. Foto: Ricardo Ramos

Por eso, más allá de mostrar la comida amazónica y recibir la visita de otras propuestas culinarias en el patio de comida, la feria tuvo la participación de compradores nacionales e internacionales, lo que permitió proyectar negocios por más de 17 millones de soles con la participación de 100 ofertantes regionales de las diferentes cadenas productivas. 

Se logró más de 1200 citas de negocios con 10 compradores nacionales que llegaron a San Martín tras las coordinaciones realizadas con la Cámara de Comercio de Lima y 3 compradores internacionales procedentes de Chile, gracias al apoyo de PROMPERU.

Moyobamba fue el centro de concentración de empresarios, agricultores, promotores y visitantes que disfrutaron de demos de cocina, charlas magistrales, música para toda la familia y lo mejor de la cocina amazónica.

Feria sostenible. Cubiertos y platillos ecológicos, la feria evito el uso de plástico. Foto: Ricardo Ramos

¿El objetivo? Lo dejó en claro el gobernador regional de San Martín, Pedro Bogarín, durante la ceremonia de clausura: consolidar la gastronomía como motor económico de la región, fortaleciendo el trabajo de productores y empresarios dentro de lo que en San Martín se conoce como la revolución productiva, un proceso de optimización de recursos y transferencia de conocimientos y tecnología que permitirá sacar de la pobreza a la gente sin talar árboles.

Bogarín, médico de profesión y ex alcalde de Tocache en los tiempos más sangrientos, hoy comanda la región y anda empecinado en convertirla en ejemplo de productividad, pacificación y modernidad. Por eso apuesta por la gastronomía como imán o nodo diferencial que el próximo año se desarrollará en la provincia de Rioja y el 2021 en Tocache. 

Manjar de río. Foto: Ricardo Ramos

Las cifras dicen que se comprometió el cierre de operaciones por 85 mil dólares con 400 contactos generados y 20 alianzas estratégicas en el sector turismo. Asimismo, que se vendió más de 485 mil soles en todas las áreas y que asistieron más de 43 mil personas. Pero, sin duda, lo mejor de la feria fue que sirvió para poner en vitrina la tenacidad de una región tan rica y diversa que dan ganas de quedarse a vivir en ella. 

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