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Tiburón ballena: Conservando al pez más grande del mundo

Foto: Mario Gomi

Por Talia Lostaunau

Nos embarcamos en Punta Sal y partimos rumbo al norte con un solo objetivo: encontrar al pez más grande del mundo. No habían pasado ni 30 minutos y ya lo habíamos conseguido. Desde el bote, divisamos a lo lejos una grande y oscura silueta moviéndose lentamente bajo la superficie del mar. Nos acercamos un poco más. Su gran aleta asomándose y las manchas blancas en su espalda delataron al animal. 

Era el momento y, aunque sabía que no había motivo, el miedo invadió mi cuerpo. Con la máscara, snorkel y aletas puestas, salté al mar y nadé hasta tenerlo a algunos metros de distancia. Me sumergí y el miedo pasó de inmediato, su actitud calmada y casi indiferente me dio una paz indescriptible.

Foto: Mario Gomi

 

En el norte peruano le llaman tintorera, y hasta hace poco era temido por los pescadores y sus familias. En otras partes del mundo es conocido como tiburón ballena y es buscado con entusiasmo por los amantes del buceo. Este pez puede llegar a medir 20 metros de longitud y pesar 34 toneladas. Su gran tamaño justifica el miedo de pescadores y principiantes como yo, sin embargo, el tiburón ballena es un animal filtrador y se alimenta únicamente de los organismos más pequeños del océano: el plancton. 

A pesar de que pueden bucear a una profundidad de casi dos kilómetros, en las costas del norte peruano es posible verlos nadando tranquilamente en la superficie. Es por ello que, en los últimos años, en esta área se han llevado a cabo diversas investigaciones sobre la especie y hasta se ha empezado a desarrollar actividades turísticas como el avistamiento y nado con tiburón ballena. Nosotros tuvimos la suerte de ver más de 10 individuos en tan solo una mañana.  

Foto: Vista al Mar

 

A pesar de que un tiburón ballena puede llegar a vivir hasta 100 años y que cada hembra puede llegar a tener más de 300 crías en cada camada, el estado de conservación de esta especie es frágil. Los expertos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasifican al tiburón ballena como una especie en peligro de extinción.

Muchos de estos animales han sido cazados alrededor del planeta para satisfacer la gran demanda del mercado chino, donde una sopa de aleta de tiburón es considerada un manjar.  Se cree que el mar peruano no es la excepción y que, dentro de nuestro territorio, algunos de estos tiburones son cazados por flotas internacionales, mientras que otros caen en las redes de pescadores por casualidad. Frente a esta situación, en el 2017 el Ministerio de la Producción peruano prohibió por completo la caza del tiburón ballena.

Foto: Ecologismos

 

La organización sin fines de lucro ecOceanica se ha sumado a los esfuerzos de conservación y ha desarrollado el proyecto Tiburón Ballena Perú, la primera iniciativa para investigar aspectos básicos de la presencia y estacionalidad de esta especie en nuestro mar. Gracias a él se generan datos nuevos para la región que servirán para establecer una línea base de conocimiento que será necesaria para posteriores esfuerzos de investigación y conservación. 

Es también de gran importancia involucrar a los pescadores en la conservación de esta especie. Poco a poco, la visión que ellos tienen sobre este enorme pez está cambiando, representando actualmente una oportunidad para desarrollar actividades de ecoturismo y por lo tanto, de generar ingresos adicionales para sus familias.

Foto: Sebastián de Vivanco

Perú no es el primero en hacerlo, países como Filipinas, México, Ecuador y Australia realizan tours de avistamiento y nado con tiburón ballena desde hace varios años. El ecoturismo con tiburones puede generar hasta 314 millones de dólares anuales a nivel mundial y aproximadamente 10 mil puestos de trabajo.

Juan Pablo Testino, gerente de la empresa North Shore Peru Expeditions apuesta por esta actividad. Tras haberse dedicado por varios años al avistamiento de ballenas jorobadas, cuya temporada es de agosto a octubre, notó el gran potencial turístico del tiburón ballena. Entre los meses de noviembre y enero trabaja en Punta Sal con los pescadores de Cancas dando tours de nado con el tiburón. “Es muy importante que esta actividad se lleve a cabo de una manera responsable, y que el impacto que genere el turismo en la población del tiburón ballena sea positivo,” enfatiza Juan Pablo. 

Gracias a la confluencia de las corrientes de El Niño y de Humboldt a la altura de Tumbes y Piura, los peruanos contamos con una de las zonas marinas más ricas y productivas del planeta. El ecosistema del Pacífico Tropical es hábitat de más del 70% de las especies que encontramos en nuestro litoral, entre ellas el imponente tiburón ballena. Debemos tener en cuenta que su gran potencial turístico no solo trae consigo beneficios, también una gran responsabilidad.

Foto: Sebastián de Vivanco

La bióloga marina y especialista en tiburones Adriana Gonzalez señala que la actividad turística con el tiburón ballena sí se puede dar de manera sostenible pero aún hay un largo camino por recorrer, ya que hoy en día la actividad turística basada en el tiburón ballena es muy baja … y aún no hay un plan de manejo para el turismo con esta especie. “Debemos evitar repetir el caso de El Ñuro, donde el turismo explotó y no se manejó bien en un inicio. La idea es hacer un buen turismo desde el inicio … Para un buen manejo se debe trabajar con la comunidad local y hacerles entender la importancia de respetar ciertas reglas a la hora de interactuar con los animales, por ejemplo, mantener una distancia mínima con el tiburón … y que la gente entienda que este código de conducta debe ser respetado para que esta actividad sea sostenible en el tiempo.”

 

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