La Virgen del Carmen de Paucartambo, una de las festividades más esperadas en Cusco.
Por: Reenzo Velásquez Bernal
La festividad de la Virgen del Carmen es una de las expresiones culturales y religiosas más importantes y coloridas de los Andes. Movidos por la fe y la tradición, en el mes de julio, devotos y bailarines de todo el Perú y el mundo acuden a Paucartambo para ser parte de esta extraordinaria festividad, que desde hace cuatro siglos continua vigente.
La provincia de Paucartambo es el escenario de la festividad en honor a la Virgen del Carmen. Es una de las trece provincias que componen la región del Cusco, su capital esta ubicada a una altitud de 2900 msnm, en la margen derecha del río Mapacho, camino al Antisuyu incaico. Con la llegada de los españoles a Paucartambo, arribó también la cultura colonial, y posteriormente la republicana, que se plasma principalmente en la bella arquitectura del pueblo, con su puente colonial, calles estrechas y hermosos balcones, que junto con la belleza del entorno y su generosa población, van construyendo una identidad propia, marcada por el culto a la Virgen del Carmen.
Origen del culto a la Virgen del Carmen
MÁS RUMBOS:
Sobre el inicio del culto de la Virgen se puede encontrar una variedad de mitos. Una señala que su imagen estaba destinada al altiplano de Puno y por error llegó a Paucartambo; de allí la importante presencia de la danza Qhapaq Qolla en la festividad, que disputan su tenencia con los Qhapaq Ch’unchu, procedentes de la selva paucartambina. Otra versión cuenta que los Ch’unchus atacaron las haciendas de la zona y al encontrar en una de ellas la imagen de la Virgen, la flecharon y la arrojaron al río. Sin embargo, en sueños, la Virgen se le habría aparecido al jefe de los Ch’unchus y amorosamente le habría pedido que la busquen. Así lo hicieron y se convirtieron en sus custodios. De allí que la danza Qhapaq Ch’unchu sea una de las principales en la festividad, siendo los guardianes de la Mamacha.
Danzas
En la actualidad son 19 danzas que le rinden homenaje a la Virgen en su día; 18 bailan diferentes coreografías y una de ellas, los Maqt’as, no realizan coreografías pero intervienen a lo largo de la fiesta como acompañantes bufones de las danzas, y como vínculo entre estas y los espectadores.
La festividad
La festividad comienza el día 15 de julio con la “Entrada”. Al mediodía, subidos en el carro de bomberos, los Maqt’as hacen su entrada triunfal. Una por una las demás danzas se dirigen hasta al atrio del templo para postrarse ante la Mamacha y expresarle su reverencia.
Los Qhapaq Ch’unchu entran por el norte, la dirección que conduce a la selva. Los Qhapaq Qolla hacen su ingreso por el puente, que señala la región del Qollao de la que proceden. Desde otro ángulo, los Majeños arriban en caballos y los Chukchus hacen su entrada en camión. Las demás danzas entran una a una, con elegantes pasos y formidablemente uniformados, marcando el ritmo a pie.
Luego de la procesión de ceras, llamada el “Cera Apaykuy”, se da inicio al “Qonoy”. La pequeña plaza de Paucartambo se llena de gente; en las esquinas se encienden fogatas sobre las que saltan los Qhapaq Qolla, los Saqras y Ch’unchos, que juegan peligrosamente con las flamas que iluminan el lugar. A continuación se van preparando “los castillos”, estructuras que se lanzarán al cielo en forma de fuegos artificiales alegrando más la noche.
Le sucede a este momento “El Alba”, donde todas las danzas rodeadas por un mar de espectadores, se aproximan hasta la puerta de la iglesia para bailarle a la Virgen desprovistos de sus máscaras y trajes de baile, pero vestidos con ropas elegantes, se muestran ante la Virgen tal como son por única vez durante la fiesta. Es la serenata a la Mamacha del Carmen, que con gran fervor y amor le dedican sus danzantes.
El 16 es el día central, se inicia con la Solemne Misa de Fiesta, la misa principal. El templo y las calles adyacentes están colmados de feligreses que van rezando con fervor a la Virgen. Se cuenta que su rostro puede anunciar presagios de bienestar o pesadumbre a sus fieles, según la impresión que obtengan. Si luce sonrosada, será un signo de vitalidad; si se la ve pálida, indicaría pesadumbre y tristezas por venir.
Por la tarde se inicia la procesión. En los balcones y ventanas se alistan los pétalos de rosas que se lanzan a su paso. Los Qhapaq Ch’unchu siempre al lado de la Virgen, como fieles guardianes, dando brincos suaves acompañaran la procesión. Los Qhapaq Negro y los Qhapaq Qolla en quechua y español van entonando hermosas canciones. Las demás comparsas se ubican según el orden de llegada. Los Saqras desde los tejados y balcones; ante la proximidad de la Virgen, se cubren los rostros con las manos y brazos, y en momentos juegan a tentarla moviendo su garabato. Así, en una procesión que es seguida por un mar de fieles que la contemplan con el rostro inundado de lágrimas, la Mamacha va avanzando por las calles principales del pueblo, en un recorrido que lo envuelve en un círculo protector.
El día 17 continua la celebración con la visita al cementerio, en un acto de honda emoción y significado visitaran las tumbas de los excarguyoq y exdanzarines. Alrededor de ellas se canta, se danza y se brinda. Por la tarde sale nuevamente la Virgen en procesión, esta ves en dirección del puente Carlos III, ubicado a la salida del pueblo. Cantos, reverencias, lágrimas y rezos silenciosos ocupan el ambiente, ha llegado el momento en que la Mamacha dé su bendición a los cuatro puntos cardinales, mientras el viento frío va rozando su delicado rostro. El puente Carlos Tercero, colmado de personas, es testigo de uno de los momentos de mayor expresión de fe y emoción.
Mas tarde se dará inicio a la “Guerrilla” una de las representaciones más importantes de la fiesta, donde se escenifica la leyenda sobre la llegada de la Mamacha a Paucartambo. Los Qhapaq Qolla y los Qhapaq Ch’unchu se enfrentan por la Imilla, personaje que representa a la Virgen, quien se queda en custodia de los Ch’unchos que ganaran la batalla. Muertos los Qollas, los Sagras se los llevaran al infierno en el nina carro (el carro de fuego), Así termina la tradicional Guerrilla, en la que los Ch’unchus siempre resultan victoriosos, garantizando así la permanencia de la Virgen en Paucartambo y su posición como custodios.
Llega el 18 de julio, día en que la mayor parte de los visitantes retornan a sus lugares de origen.
La Virgen sale hasta la puerta del templo. Allí, cientos de devotos se le aproximan para tocar o ser cubiertos por su manto.
Mientras tanto, delante de la Virgen, una fila inmensa de danzantes y devotos acompañan a niños para presentarlos ante la Virgen, esto se llama el Oqaricuy, el párroco de la iglesia derrama agua bendita sobre cada fiel que llega hasta los pies de la imagen.
Por última vez, los danzantes ven a su Mamacha del Carmen, frente al atrio ellos, y ella en la puerta de su templo.
Mientras las danzas hacen su despedida, los visitantes que aún permanecen en Paucartambo también se acercan al templo con los rostros conmovidos, reflejando la nostalgia por la despedida, así como la esperanza por un nuevo reencuentro. Como dicen los Qollas en su canción: “Si estoy vivo regresaré, si estoy muerto no volveré, ay madre mía, ay ñusta mía”.
En rumbo:
Este año la festividad se celebra de manera virtual. Por ello se han alistado más de 30 transmisiones que estima el programa general elaborado por la Parroquia de Paucartambo para la festividad, teniendo como días principales del 14 al 19 de este mes.
Todas las actividades en : www.facebook.com/Santuario-Virgen-del-Carmen-Paucartambo-110037897335039
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