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Hoteles hacienda: Refugios contra la pandemia

Tradición, modernidad y buen descanso en las casas haciendas convertidas en exclusivos alojamientos

Paso a paso el turismo empieza a reactivarse en el Perú. Si bien el coronavirus todavía genera desconfianza entre los viajeros, hay destinos y opciones de alojamiento que presentan altos niveles de seguridad. Por sus características y ubicación, las casas haciendas son una excelente alternativa para los que desean volver a los caminos con gran estilo.

Suele decirse con nostalgia y resignación que todo tiempo pasado fue mejor. Desde esa perspectiva, viajar hacia otros estadios históricos es una posibilidad seductora, aunque irrealizable, al menos desde la lógica y la ciencia. Afortunadamente, no ocurre lo mismo en el campo de las percepciones, donde con un poco de imaginación y las condiciones adecuadas se puede retroceder a través de los siglos.

Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando se visita un complejo arqueológico, un museo o un pueblo de cultura milenaria. En esos escenarios no es difícil transportarse, recrear o sentirse en el mundo de los antiguos. Pasa lo mismo en los alojamientos que mantienen el sello y el cariz de una época. Allí las habitaciones y diversos ambientes mantienen, de una u otra manera, su esencia y prestancia. 

En el Perú, las casas haciendas son perfectas para ofrecer a los viajeros una experiencia que une el sosiego con la tradición, la elegancia del pasado con el confort de la modernidad. Remodelas o puestas en valor respetando su monumentalidad, son una apetecible alternativa para desconectarse de las tensiones urbanas y la presión del teletrabajo. 

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En esta coyuntura turística en la que las precauciones sanitarias y el aislamiento social son prioritarios, los hoteles hacienda combinan su valía histórica y cultural, con los protocolos que garantizan el bienestar de sus huéspedes. Sus amplias instalaciones y su ubicación en áreas rurales en las que predominan los espacios abiertos generan una dosis extra de tranquilidad entre los visitantes.

Si quiere ser un andariego del tiempo, pero sin renunciar a las comodidades modernas, los invitamos a conocer estas propuestas hoteleras: 

Hacienda Majoro Boutique & Resort 

Foto: Hacienda Majoro

En los tiempos que el Perú era gobernado por el virrey Luis de Velasco (1596 1606), el cacique principal don García de la Nasca fundaría la Villa de Santiago de la Nasca, en un lugar de matorrales. Después de su histórico acto y siguiendo la costumbre de aquella época, se procedería a la repartición de los terrenos entre los españoles que se convertirían en los vecinos de la naciente villa.  

Años después, en 1698, uno de los predios de ese lugar de matorrales o majoro en quechua (ma: lugar y qoro: matorral) fue cedido a los frailes agustinos. Esa condición se mantuvo hasta 1910, cuando la propiedad pasó a manos de la aristocrática familia de la Borda, quienes convertirían al convento en una casa hacienda de 100 hectáreas. En sus tierras predominaban los cultivos de algodón. 

En los años 80 y después del proceso de Reforma Agraria de 1968, la hacienda se convertiría en el Hotel Majoro. Con 38 habitaciones y una extensión reducida a tan solo 10 hectáreas, operó hasta el 31 de diciembre de 2004. Al día siguiente, empezaría a escribirse la historia de la Hacienda Majoro Boutique & Resort, el concepto refrescante y renovador impulsado por una nueva administración.

Mejorar las instalaciones. Adquirir 60 hectáreas de tierras fértiles para cultivar tara (Caesalpinea Spinoza) y las uvas quebrantas con las que se prepara el pisco exclusivo que engríe en paladar de los huéspedes. Salud y buena estadía en cualquiera de sus 90 habitaciones, todas distintas, todas diferentes, todas decoradas con exquisito buen gusto y piezas de gran valor cultural.

Foto: Hacienda Majoro

Obras originales de artistas plásticos peruanos, imágenes del destacado fotógrafo español José María D’Ornellas y hasta antiguos telares precolombinos, le dan un toque de distinción a los cuartos. Sucede los mismo con los mantos, ceramios, muebles coloniales y republicanos, y frescos que perennizan la imagen de los propietarios, colocados en los cuatro salones, el comedor y el bar interior.   

Un Planetarium para entender y relacionarse con las Líneas de Nasca y las constelaciones, es la más reciente atracción de la hacienda Majoro, donde el descanso se encuentra en la piscina y el mirador, en las habitaciones únicas y en la bodega pisquera, en las pinceladas que evocan al pasado y en la placentera actualidad de un lugar de matorrales que hoy es un hotel boutique. 

En Rumbo 

Cómo llegar: Desde Lima hasta el kilómetro 453 de la Panamericana Sur, distrito de Vista Alegre, Nasca.

+Info: www.hotelmajoro.pe

Reservas: reservas@hotelmajoro.pe

Darenas Hacienda

Foto: Darenas Hacienda

En la época colonial, en el fértil y productivo valle de Aucallama (provincia de Huaral) existían haciendas y conventos de distintas órdenes religiosas que proveían de diversos productos agrícolas y ganaderos a Lima, la Ciudad de los Reyes y la capital del virreinato del Perú. Fue en aquella época de tapadas y pregoneros, que comenzaría a escribirse la centenaria historia de Darenas. 

Testimonios orales y restos arquitectónicos hallados en este sosegado y primoroso rincón del norte limeño, permiten concluir que en Darenas existieron fincas y claustros durante un periodo de 400 años. Una larguísima tradición que convierte al valle en un lugar único y excepcional que, a pesar del paso de los años, mantiene su bucólica belleza y ese aire campestre que purifica los pulmones. 

Hoy, después de 33 años de una lente y prolija reconstrucción, Darena Hacienda abre sus puertas como un confortable hotel de 4 estrellas, ofreciendo a sus huéspedes la oportunidad de vivir una experiencia única -de esas que jamás se olvidan- en una antigua hacienda, donde la arquitectura, la naturaleza y las olas del mar, proporcionan la paz y el distanciamiento tan necesarios en estos tiempos.

Darenas Hacienda se ha erigido con el adobe y el barro de su propia tierra, creándose así una arquitectura colonial fusionada con elementos peruanos, árabes e hindús. Una extraña pero armoniosa conjunción que genera un estilo propio e inigualable, donde el huésped se siente cómodo, tranquilo, relajado: ¡en perfecta armonía con su entorno y la naturaleza! 

Por sus escenarios de ensueño, la hacienda es más que perfecta para bodas inolvidables en la Capilla Sixtina de Darenas, donde los novios e invitados descubrirán y disfrutarán de su inconmensurable belleza. Pero eso no es todo, sus instalaciones y espacios mágicos son excepcionales para la organización de eventos corporativos que generarán confort y felicidad en sus equipos de trabajo. 

Foto: Darenas Hacienda

Finalmente, sus placenteras y amplias habitaciones con vistas al Pacífico son un auténtico regalo para los visitantes, porque el mar -inmenso y tentador- es siempre sinónimo de libertad, de alegría, de buenos recuerdos, como los que minuto a minuto van surgiendo en un hotel diseñado para desconectarse del trabajo y las presiones cotidianas. Ya lo sabe: viva la vida, viva Darenas… ¡Ya!

En Rumbo 

Cómo llegar: Desde Lima por la Panamericana Norte (altura kilómetro 65)

+Info: www.darenashacienda.com/

Inkaterra Hacienda Concepción

Foto: Inkaterra Hacienda Concepción

Cacao y caucho. Esos eran los cultivos que predominaban en los años 50 del siglo pasado en el llamado Fundo Concepción. Su posición privilegiada entre la Reserva Nacional Tambopata y las orillas del río Madre de Dios, lo convertía en un fabuloso escenario para acercarse, conocer y explorar la Amazonía. Sí, no existían dudas, sus 819 hectáreas de bosque podían y debían aprovecharse de otra manera.

Foto: Inkaterra Hacienda Concepción

Pero no hay que adelantarse. En aquellos tiempos la conservación y el ecoturismo eran conceptos desconocidos, por lo que se ignoraba que el rumor del río, el aire puro, la sinfonía cotidiana de la fauna silvestre, se convertirían en atractivos irresistibles para los viajeros de todo el planeta, ansiosos de alejarse de las urbes para descubrir o reencontrarse con la naturaleza y su biodiversidad. 

Cuidar el medioambiente, proteger la selva, mostrarla para crear conciencia de su importancia, eran excelentes razones para desarrollar una propuesta turística ecológica y con altos estándares de calidad en el bosque primario de Madre de Dios. Esas visiones y objetivos inspiraron el surgimiento de Inkaterra Hacienda Concepción, un impresionante lodge en el corazón de nuestra Amazonía.

Foto: Inkaterra Hacienda Concepción

Rodeada de una cocha natural, la hacienda se encuentra en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata. Accesible por vía fluvial desde Puerto Maldonado, la capital regional, sus 25 cabañas erigidas sobre maderos y su espectacular casa grande de cinco habitaciones de líneas rústicas, encajan y armonizan magníficamente con el entorno boscoso.

Ideal para visitar con niños, este refugio contra las preocupaciones ofrece un abanico de excursiones y actividades al aire libre, dirigidas por guías exploradores locales que comparten sus conocimientos y vivencias en Tambopata. Los programas turísticos incluyen una visita al lago Sandoval, un espejo de agua habitado por monos aulladores, caimanes y lobos de río.

En Inkaterra Hacienda Concepción disfrutará de la selva con absoluta tranquilidad y seguridad. Y es que, en las 380 hectáreas de esta reserva ecológica privada, el descanso convive con la aventura, creando una combinación irresistible que, además de relajar a los huéspedes, refuerza su conciencia ambiental, contribuyendo de esa manera en un mejor cuidado de nuestra casa global. 

En Rumbo

Cómo llegar: Desde Lima y Cusco por vía aérea hasta Puerto Maldonado. Hay vuelos diarios. El trayecto continúa por vía fluvial (8 kilómetros / 25 minutos). 

+Info: www.inkaterra.com/es/inkaterra/inkaterra-hacienda-concepcion/la-experiencia/


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