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Vito Loli: «Cuando pinto me convierto en un cazador de almas»

  • El reconocido artista nacional revela que sus trazos persiguen la esencia de las personas. Vito Loli Patterns (Lima, 1954) es sobrino nieto del artista francés del postimpresionismo, Paul Gauguin, pero su reconocimiento llegó por cuenta y talento propio. En su encuentro con Rumbos, este creador autodidacta y apasionado por la naturaleza y la figura femenina -como se lee en su página web-, nos regala algunas pinceladas sobre su vida, su obra, su proceso creativo y los proyectos que lo motivan a seguir pintando e innovando.

Texto: Milagros Milián Portuguez

“Yo pintaba de manera compulsiva”, reconoce Vito Loli Patterns, uno de los artistas contemporáneos más prolíficos del país. Ese frenesí creativo que tuvo sus orígenes profesionales en un mural de Pancho Villa, se mantiene vigente porque “tengo el entrenamiento para buscar la inspiración cada día”. Así, trazo a trazo, consolida su impecable trayectoria, la misma que lo ha llevado a ser considerado como uno de los mejores pintores del planeta.

Con más de 2300 pinturas en su haber, este artista que ama el mar y sus olas, fue seleccionado para el Comparaison Art en Capital, realizado el 3 de noviembre de 2009 en Grand Palais de París. Uno de los tantos logros y éxitos de una carrera fructífera que usted irá descubriendo en esta entrevista.

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Pintando paredes

“La vida siempre se acomoda a quien eres…”, con esa frase Vito Loli define su historia de vida y su relación con el arte; una relación que surgiría cuando era un niño. Y es que sus primeros trazos fueron en los libros de cuentos y en las parades de la casa familiar.

Los años pasaron. Loli ya no ‘decoraba’ las paredes hogareñas. Era un muchachito al que le gustaba el mar y que se divertía surfeando. En esos tiempos, su padre solía decirles a sus hermanos que, de adultos, ellos tendrían que buscarse un trabajo. Ellos, Vito no. Vito nunca se moriría de hambre, porque “tiene su fuente de ingresos en sus manos.

Al terminar el colegio decidiría estudiar arquitectura. Después emigraría a los

Estados Unidos, donde se convertiría en un constructor. Trabajo duro en un momento complicado: la Guerra del Golfo, entonces, la situación ameritaba a buscar diversos ‘cachuelos’, uno de los cuales haría realidad la predicción de su padre.

“En un anuncio del periódico solicitaban artistas muralistas para el restaurante mexicano Domingos. Me acerqué y el dueño me hizo una audición. Yo pinté a caballo estilo Pancho Villa. Me dieron el trabajo”, comenta Loli, quien reconoce que jamás había hecho un mural y que empezó a pintar empíricamente.

“Pinté por pura intuición. Me pidieron tres murales y ahí empezó mi vida como pintor. Su obra gustó tanto que durante algunos años se dedicó a esa actividad. Poco a poco, su estilo y su técnica le permitirían abrirse un camino en el mercado norteamericano, a pesar de ser ciento por ciento autodidacta.

¿Por qué es importante que la gente incorpore el arte en sus vidas?, le preguntamos a Loli, quien responde que “el arte es educación. Tenemos que educarnos toda la vida. El arte es una vitamina para el alma. Es la autopista en la cual nos debemos de mantener hasta que nos acompañe la coherencia y la inteligencia para poder metabolizarlo y digerirlo. Eso es crecer y trascender”.

Inspiración de mujer

Rostros y cuerpos de mujer desde una perspectiva fantástica y surrealista. Esa es la columna vertebral de su obra, tanto así que, desde 1995 hasta la actualidad, ha realizado más de mil pinturas inspiradas en la figura femenina. En ese periodo -con disciplina y mucho trabajo- perfeccionó su técnica, sacando a relucir lo más humano de cada personaje.

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