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Conservación

Empoderando mujeres

Su rol es decisivo para la conservación de la Amazonía y han creado emprendimientos que les permite forjarse un futuro positivo.

Yo me estaba olvidando mi cultura, mi abuelita me enseñó y ahora tengo orgullo de lo que voy a mostrar al mundo”, nos comenta María Luisa Alugkuag, integrante del grupo que resguarda el Bosque de Nuwas. El espacio es protegido por las mujeres de la comunidad nativa de Shampuyacu, zona ubicada en el valle del Alto Mayo, provincia de Rioja, cerca al Bosque de Protección Alto Mayo (BPAM). En esta labor de las mujeres, para mantener el equilibrio ecológico y crear emprendimientos amigables con el medio ambiente, ha sido vital el apoyo de Conservación Internacional Perú, que desde el 2013 viene gestionando diferentes iniciativas dentro de la comunidad.

Foto: Marlon del Águila

El rol activo de la mujer en la conservación de su medio ambiente, nos remonta a tiempos ancestrales. Ellas han tenido una relación especial con la naturaleza dada su capacidad para entender el entorno que las rodea. Contribuyen en el bienestar y el desarrollo sostenible de sus comunidades. Como todo país en desarrollo, son las primeras en responder al manejo de la riqueza medioambiental, ya que interactúan con los recursos naturales de forma diaria. Por ende, ellas sentirán los efectos del cambio climático. ¿Ejemplos? Recorrer distancias considerables para encontrar los insumos para alimentar a sus familias.

Según datos de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ONU Medio Ambiente, la degradación de los ecosistemas terrestres y marinos afecta a 3200 millones de personas y tiene un coste cercano al 10 por ciento del PIB mundial anual en pérdida de especies y servicios ecosistémicos.

“Todo este valle del Alto Mayo era un bosque inmenso, más del 90% de la parte norte de la región San Martín está deforestada. Por eso, estamos trabajando con comunidades indígenas como mestizas para recuperar este territorio”, nos comenta Norith López, coordinadora de desarrollo comunitario de Conservación Internacional Perú.

Bosque de sabiduría

Foto: Marlon del Águila

Una de las iniciativas que nació de la urgencia de proteger el medio ambiente es el “Bosque de las Nuwas” (mujer en lengua Awajún). Ahora se ha convertido en un emprendimiento turístico comunitario que es el deleite de los asistentes.

El Bosque de las Nuwas se encuentra a hora y media de viaje de Moyobamba. Este espacio es preciso para reencontrarnos con la naturaleza, disfrutar de hermosos elementos, que no podemos disfrutar aquellos que vivimos en una ciudad caótica como Lima. A medida que caminamos, por el bosque, observamos la vegetación y ricas frutas. Luego, conocemos cómo la comunidad nativa de Shampuyacu, gracias a sus saberes ancestrales, vive en armonía con la naturaleza. El recorrido termina con alegres danzas típicas a ritmo de tambores, mientras degustamos de un suculento almuerzo amazónico.

Sin embargo, toda esta riqueza ambiental de flora y fauna, así como cultural estuvo a punto de perderse. Y es que, según estudios del Instituto Bien Común y la Cooperación Alemana, el 90% del territorio awajún estaba perdido debido al impulso a la agricultura-ya sea por parte del Estado u organismos internacionales- de soya y arroz. Otro factor negativo fue el hecho de alquilar tierras a colonos para que las convierten en zonas agrícolas. Frente al panorama complicado, las mujeres solicitaron administrar 10 hectáreas del bosque comunal de las 600 que aproximadamente quedaban. Ahí comenzaron a rescatar ese conocimiento dormido por muchos años.

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En este espacio de 10 hectáreas, las mujeres de la comunidad de Shampuyacu hallaron más de cien tipos de plantas medicinales y han iniciado la siembra de productos para consumir. Actualmente, son 70 mujeres las que integran este emprendimiento y apelan a sus conocimientos ancestrales. “Nuestros abuelos, siempre han vivido con armonía en el bosque. Allí tenían un mercado completo, tenían frutas, animales, pescado en gran variedad, es decir no necesitábamos del mercado, teníamos todo aquí y así eran nuestros ancestros que nunca se enfermaban, porque se alimentaban de la naturaleza”, expresa Margarita Cumbia, pobladora Awajún.

También, notaron que sus plantas podían tener un valor en el mercado, si se transformaban en una infusión. Así es que nace las infusiones “Nuwa” gracias al apoyo del Laboratorio Takiwasi y Conservación Internacional – Perú. La riqueza de este emprendimiento, radica en que tiene como principal objetivo empoderar y seguir enseñando a las mujeres de otras comunidades para que ellas mismas puedan obtener ingresos, como también, revalorar su posición dentro de la sociedad y sus saberes ancestrales.

Foto: Marlon del Águila

Esta iniciativa recibió el reconocimiento del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y llegó a exponerse en la feria Perú Dubái 2020. Las infusiones son: “Clavo Huasca” (llamado “tawaip” por el pueblo Awajún, es una liana usada tradicionalmente para aliviar los malestares estomacales y como afrodisíaco) y Jengibre (llamado “sugkug ajeg” por los Awajún es usado tradicionalmente para aliviar la gripe y el resfrío). Ambas se pueden encontrar en más de 10 puntos de venta a nivel nacional o también las pueden adquirir a través de la página web (https://www.nuwainfusiones.com/).

Fernando Mendive, director del laboratorio de productos naturales del centro Takiwasi, afirma que este trabajo busca consolidar modelos de negocios para que las comunidades nativas dejen su rol de proveedor de materias primas sin transformar y se conviertan en participantes activos del proceso de desarrollo de un producto con valor agregado. “La comunidad conserva la titularidad del producto terminado. Esto es lo que diferencia nuestro modelo de negocios”, opina, Mendive.

Planta madre Awajún

Foto: Marlon del Águila

El Bosque de Protección Alto Mayo es un área natural protegida por el Estado que se ubica a pocos kilómetros de distancia de la comunidad y su protección garantiza el acceso al agua en esta zona norteña de la región San Martín. Este elemento clave para la agricultura ha permitido la implementación de un vivero y un módulo de secado, donde se brinda capacitación a la comunidad sobre la producción de harina de yuca.

La comunidad ha logrado recuperar 40 variedades de yuca. Para los pueblos en la Amazonía, la yuca (mama para los Awajún) es un alimento clave para la elaboración del masato, que conforma parte de su dieta diaria. Su consumo data desde sus ancestros a fin de aliviar diferentes enfermedades y que la comunidad había dejado de cultivar en las últimas décadas. 

Actualmente, se han sembrado 50 mil plantas e instalado 17 hectáreas de cultivo de yuca. Se espera sea comercializada en un futuro próximo de buena calidad y, por qué no, apuntar hacia el mercado extranjero.

“Nosotros medimos nuestros impactos en cómo la población mejora su calidad de vida, como por ejemplo tener acceso a una mejor calidad de agua y mejores productos accesibles del bosque. Encontrar ese nexo entre conservar y tener una actividad productiva rentable”, nos explica Luis Espinel, vicepresidente de Conservación Internacional en Perú.

Arte en semillas

La artesanía de los Awajún resalta por sus vivos colores. En sus productos, que presentan a los visitantes, notamos rasgos característicos: adornos que acompañan sus vestimentas, mezclando semillas, mostacillas, o plumas; jugando entre guindas, amarillos y los colores de la naturaleza.  Cada artesanía representa su historia y significado, pero, sobre todo, un mensaje profundo de conservación y naturaleza.

Sin embargo, esta belleza a nuestros ojos tiene orígenes ancestrales. Las mujeres sabías del Bosque de la Nuwas detallan que el uso de collares, brazaletes y tobilleras eran parte esencial de su indumentaria. Anteriormente, desde jovencitas ya contraían matrimonio y usaban estos aditamentos, en el día de su matrimonio, para reflejar su carácter y elegancia.

Foto: Marlon del Águila

No obstante, la artesanía Awajún fue evolucionando. “Anteriormente era muy rústicos sus productos y duraban muy poco. En el año 2015, las cosas cambian, ya que comienzan a elaborar con mejores insumos con hilo de nylon elastizado, broche con semillas del bosque a fin de que tengan un buen valor comercial para solventar a sus familias”, explica Norith López.

Con el funcionamiento del “Bosque de las Nuwas”, la artesanía cobró otro valor, porque en el costo de la visita, de los turistas, se incluye de regalo un collar a modo de generar mayores recursos para las mujeres que trabajan esta actividad. ¿Cuál es su fuente de inspiración para las obras de arte que confeccionan?  La mayoría de sus diseños están influenciados en los elementos de la flora y la fauna que habita en el “Bosque de las Nuwas”

El trabajo que vienen realizando es exitoso a tal punto que, en el 2019, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR) – San Martín, reconoció esta actividad (artesanía) como un emprendimiento de turismo comunitario, siendo la primera en su tipo.  

“Lo que queremos es rescatar nuestra cultura, fomentando la práctica de artesanía de nuestros ancestros en cerámica, collares y otros. La reforestación es una buena opción, ya que nos brinda muchos servicios como el aire puro, se regeneran nuestros árboles. Volverán los animales, tendremos de nuevo nuestros bosques y nos proveerá de más alimento. Queremos que se restaure nuestro bosque. Eso es lo que queremos”, indica, Julia Sejekam Wajajai, miembro del Bosque de las Nuwas

Escuela de catadores

Foto: Bpam- Sernamp

Otra de las actividades que ha permitido a las mujeres surgir es el café. Yaqueline Vásquez es una caficultura y estudia catación. Ella ha nacido viendo el proceso del café y su identificación es total. “El mejor café se obtiene sin tumbar árboles”, comenta.

Entre sus objetivos primordiales es convertirse en catadora para mejorar la calidad del café de las familias del BPAM. Por esa razón, estudia en el laboratorio del Control de Calidad de café del BPAM, a cargo de Jorge Morocho. “En este tiempo hemos aprendido que debemos aprovechar los árboles y sus nutrientes, y el suelo”, explica la joven que proviene de una familia de caficultores. 

Para Yaqueline, el café peruano tiene una buena imagen, y está llamando la atención de los consumidores, y en primer lugar por los compradores. Su hermana Marilyn y su madre Martha Quiróz también trabajan en el campo.

Es preciso señalar, que, desde el 2018, se viene desarrollando la ‘Escuela de Catación BPAM’, que busca formar a jóvenes como catadores de café. Conservación Internacional – Perú, Servicio Nacional de Áreas Protegidas, la Asociación Ecosistemas Andinos y la Cooperativa de Servicios Múltiples Bosque del Alto Mayo (COOPBAM) vienen organizando capacitaciones para que los jóvenes de la zona vean en la catación del café una alternativa para cumplir sus metas.

“Brindar oportunidades alternativas a las familias aliadas para evitar la deforestación y cuidar el origen del río Mayo que es fuente de agua para las provincias de Rioja y Moyobamba, es uno de los objetivos de la gestión del BPAM y esta escuela es una muestra de ello, pues, de las dos primeras promociones ya hay jóvenes que están trabajando como catadores”, indica Ivonne Paico, jefa de esta área protegida.

Apoyo constante

Foto: Marlon del Águila

Con la finalidad de seguir apoyando a las mujeres emprendedoras que se inspiran en la naturaleza, existe el programa de Becas para Mujeres de la Amazonia, una iniciativa del proyecto Nuestros Futuros Bosques – Amazonia Verde, implementado por Conservación International con el apoyo de COICA y el gobierno francés.

El programa tiene como objetivo promover iniciativas de conservación, liderazgo y medio ambiente en 7 países de la Amazonía basadas en el conocimiento tradicional de las mujeres indígenas para apoyarlas en el desarrollo e implementación de sus proyectos y contribuir al bienestar de sus comunidades y sus territorios.

Actualmente, se han elegido a 24 mujeres agentes de cambio en su comunidad y líderes ambientales entre ellas están nuestras compatriotas Nelyda Ensakua, Gabriela Loaiza, Judith Nunta y Cecilia Martínez.  Sin duda los conocimientos que adquirirán serán importantes para compartir con la población.

En un tiempo en que el cambio climático y los desastres naturales amenazan más que nunca el futuro de la humanidad, es momento para que las mujeres alcen la voz y sean escuchadas. Su relación con el medio ambiente y su sensibilidad en la gestión de los recursos naturales son un tesoro que aún está por descubrir.

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