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Sonajas y tijeras. Encuentro con danzantes

Un equipo periodístico de la revista Rumbos exploró la ruta Huaytará-Huancavelica, para conocer los complejos arqueológicos, las lagunas, la cultura y la historia de una de las regiones menos visitadas del Perú. Durante su travesía recolectaron imágenes e historias que irán revelando paso a paso en una serie de crónicas que comienzan con este relato sobre un encuentro con danzantes de tijeras en Yauli.

Por Rolly Valdivia Chávez

Siempre lo niegan. Falso es, mentira es, hablando así se defienden cuando alguien los acusa de ser los engreídos del demonio. “No, señor, con la Pachamama y los Apus nomás nos entendemos, con ellas hacemos pacto, tributo les hacemos”, explican y alegan con una sonrisita extraña y cómplice que es un sí y un no al mismo tiempo, entonces, el preguntón se queda con la duda, cabezón se queda el pobrecito.  

Foto: Rolly Valdivia

Y es que son unos sabidos, unos vivazos son los galas. Juran y rejuran que eso de los pactos es purita maldad, mala fama que les hicieron los curas en el tiempo de los antiguos. Hay que oírlos: que bonito hablan, que bonito lo explican, pero con toditititas sus palabras no logran borrar la idea de que tratan con el maligno. Difícil pues que la gente les crea, cuando ellos mismos se ponen nombres que dan miedo.

Es la verdad. Pregúntele a cualquiera de los que están aquí si no es cierto que Lucifer y Ccarccaria (Incestuoso) danzan con tijeras. En muchos pueblos han estado con sus pandillas. Y es que los cargontes siempre los buscaban para contratarlos y llevarlos a las fiestas de sus comunidades. Famosos, pues, por eso hasta el extranjero se han viajado con sus músicos. Bien bonito dicen que los recibían en Europa, en Asia, en todos lados.

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Huancavelica, cuna de danzantes de tijeras

Orgullosos regresaban, sacando pecho regresaban para seguir bailando en Lima y Huancavelica, tierra de galas valientes que se clavan espinas, que se comen ranas, que se acuestan sobre camas de vidrio picado, tierra de danzantes con nombres de terror… ah, pero no se llaman así de feo. Hay de todo un poco. Desde un Siwarcito (Picaflor en español) hasta un De Repente, pasando también por un rey de Camerún.  

Foto: Rolly Valdivia

Huy, ese sí que es un nombre extraño para un danzante o gala. Da curiosidad y hasta un poquito de gracia. Ojalá nomás que cuando termine de bailar en la portada de la huaca de Uchcus Incañan o en lo que queda de ella, no oculte su secreto entre sonrisas. Hay que esperar nomás. Disfrutar de su ritmo y agilidad. Lindo lo hace, parece un elástico, a diferencia de Siwarcito que danza despacito y con elegancia.

Ya es un veterano, pues. 61 años tiene don Gregorio Enríquez, que así es como se llama cuando no está bailando. De guagüita empezó con las tijeras en Ambato (Yauli, Huancavelica) y desde entonces no ha parado. Él, como los abuelos, hace su pagapu con coquita antes de ir a bailar. Así, protegidito por la Pachamama y los Apus Wamani, se ha enfrentado a Lucifer y Qori Sisicha (Hormiguita de Oro) que es ayacuchano.

Foto: Rolly Valdivia

Allá también danzan, pero es distinto. Todo es distinto. Los pasos, la música, la vestimenta; pero igualito nomás se enfrentó a la Hormiguita y le mostró su arte, el arte de su pueblo, igualito como lo está haciendo ahora en Incañan. Baila sin importarle que el día esté tristón y que dentro de un ratito tenga que salir volando hacia Huancavelica, donde tiene que hacer unos negocitos. Y es que no solo de las tijeras vive el hombre.

“Antes, salíamos primero con sonaja y zapateo. Así lo hacíamos en Navidad. Los muchachos de ahora no saben, ahora mucho tergiversan”. Bien clarito lo dijo el picaflorcito cuando se acabó la música del arpa de Qorisiyo (uña de oro) y del violín de Simeón, entonces, los curiosos que desde Lima habían venido al distrito de Yauli para verlo danzar con sonaja y tijera, tenían que irse. Con papita y queso se despidieron.

Volverán… tarde o temprano volverán para oír nuevamente el vibrar de las tijeras y ver esas sonrisitas extrañas que son un sí y un no al mismo tiempo.

Foto: Rolly Valdivia

En Rumbo:

La ruta: La travesía del equipo de Rumbos se dirigió a Huaytará por la vía Libertadores que se inicia en San Clemente (Pisco). Desde ese punto se dirigió a la ciudad de Huancavelica, visitando en la ruta el complejo arqueológico de Incahuasi y las lagunas de Choclococha y Pultocc. En la capital regional se recorrió el pueblo de piedra de Sacsamarca, además del pueblo y la mina de Santa Bárbara.

Fin de fiesta: El encuentro con los danzantes Siwarcito (Gregorio Enríquez Taipe) y Rey Camerún (Lidio Espinoza Palomino), y los músicos Albino Condori Fernández (arpa) y Simeón Ortiz (violín) se produjo en el distrito de Yauli. Fue la última actividad en el recorrirdo ‘rumbero’.

Regiones: La danza de tijeras se baila en Huancavelica, Apurímac, Ayacucho y en algunas zonas de Arequipa.

Reconocimiento: La danza de tijeras fue declarada por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Revelación: Al final de la presentación, Rey Camerún contaría que su nombre no tiene ninguna connotación diabólica. A él sus amigos lo apodaban ‘rey’ y, cuando jugaba al fútbol, como era habilidoso, le decían ‘Camerún’. Cuando se volvió danzante decidió juntar ambos apelativos.

Uchucus Incañan: conocido también como Uchkus Inkañan es un complejo arqueológico inca localizado en el distrito de Yauli (3800 m.s.n.m.). Su estado de conservación es precario, por lo que sería necesario que se realicen trabajos para recuperarlo.

Referentes: Lucifer (Gabriel Hilario) y Ccarcaria (Damián de la Cruz) son dos de los galas más importantes de Huancavelica. El primero es hijo de De Repente (Máximo Hilario), una leyenda viva de las tijeras.

Pactos: La idea de que los danzantes se entregan al diablo es muy difundida, pero equivocada. Su relación es con los elementos de la naturaleza. A pesar de ello, el mito se mantiene y, en cierta forma, algunos galas lo utilizan para crear expectativa.

Agencia de Viajes : Willkatours 

Restaurante: Nesul Cofee

Hotel en Huancavelica: Hospedaje Corona

 

Foto: Rolly Valdivia

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