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Ambiente

El tapir andino en su laberinto

Tapir andino, el gran arquitecto de los bosques montanos. Foto: Archivo SBC

Este es el drama del más solitario de todos los mamíferos de altura: El tapir andino. A pesar de que se escabulle  en las montañas de los andes occidentales para mantenerse a salvo, en realidad, el tapir puede estar preparándose para decirle adiós a los ecosistemas que habita.

Por Wendy Rojas 

Un cuadrúpedo lanudo vaga por las alturas montañosas de Cajamarca y Piura. Si la palabra solitario pudiera tener una imagen, el tapir  andino encajaría perfectamente en esa descripción. Completamente solo y a más de 4 mil metros de altura,  deambula por los páramos y bosques montanos del norte de Perú con la única misión de sobrevivir.  

Los tapires son un grupo de mamíferos, también conocidos como dantas y tienen un parentesco cercano con los rinocerontes y los equinos, por la peculiar forma de los dedos de sus pezuñas. De las cinco especies vivientes de tapires clasificadas dentro del género Tapirus que existen en el mundo, dos de ellas habitan sudamérica y el Perú: El tapir amazónico ( Tapirus terrestris) y el tapir andino (Tapirus pinchaque), este último, y según diversas investigaciones y voces autorizadas, se encuentra vulnerable y corre el peligro de desaparecer.

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La cifra alarmante fue lanzada por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado y llamó la atención pues se reportó que solo existirían 2.500 individuos  en un territorio de 3.000 km2. por los países de Colombia, Ecuador y el norte de Perú debido a la pérdida y fragmentación de su hábitat, caza y captura ilegal.

“Nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en cuanto a riqueza de especies en el mundo, aun así, existe la necesidad de continuar protegiendo a este mamífero por ser uno de los más grandes en los Andes Tropicales, además que su desaparición provocaría cambios drásticos en el ecosistema del páramo y el bosque montano”, indicó Pedro Gamboa, jefe del Sernanp.

En el Perú, este animal es protegido por el Santuario Nacional Tabaconas Namballe y el Bosque de Protección Pagaibamba, en Cajamarca, los cuales representan solo el 10% de su hábitat. Sin embargo, crear áreas reservadas para su protección poco le ha servido a este  singular mamífero que evoca entre los humanos misticismos y alguna que otra superchería infundada. Es por eso que hace poco se aprobó el Plan Nacional para la Conservación del Tapir Andino.

“Se ha determinado su presencia en Piura a través de investigaciones y se le ha localizado  en las provincias de Ayabaca y Huancabamba – señala Paul Viñas,  de Naturaleza y Cultura Internacional y coordinador del Programa de Conservación de Ecosistemas Andinos del Noroeste del Perú.-, es así que se ha reportado su presencia en las comunidades de Pacaipampa, Canchaque, Juan Pablo, Segunda y Cajas. El Tapir es un animal de mediano tamaño que vive en las zonas más altas de los bosques de neblina y en la zona de páramos en el norte de Perú, su distribución llega hasta Lambayeque y de allí hacia el norte en la frontera con Ecuador”

Aunque las evidencias siempre han puesto a las alturas de Cajamarca y Piura como los espacios territoriales de su distribución, más al sur  es posible rastrear sus esquivos pasos por las escuetos bosques montanos de Cañaris, e Incahuasi y por el norte hacia Cajamarca, en la zona de la Jalca. “Si vemos su contexto es muy restringido a estas zonas de marcada características húmedas como es  el caso del norte de Perú”.

El tapir es el protagonista de la cuarta moneda de la Serie Numismática “Fauna Silvestre Amenazada del Perú”, en circulación desde este año.

Es curioso pero cuando se menciona al tapir, la asociación con los ecosistemas del oriente peruano es lo primero que viene a la mente y no se suele relacionar al tapir como un habitante de la zonas altas de la cordillera occidental en Piura o Lambayeque: “ Un tema por trabajar todavía es actualizar la distribución de la especie. Al menos hace diez años atrás se tenía evidencia que el tapir andino solo rondaba por los bosques montanos de Cajamarca y Piura, pero recientes investigaciones han mostrado que también está en Lambayeque, en la zona de Incahuasi, Salas, Cañaris y también más al sur de Cajamarca. Justamente un estudio de impacto ambiental en el área de Pagaibamba localizó huellas de tapir, e igualmente, en la zona de Cañaris se ha levantado evidencia de su presencia. También se han tenido reportes, al interior de la propuesta de área de conservación regional Reserva Ecológica Paisajística Cordillera Mishahuamga en Chota,  Cajamarca. Entonces el área de distribución actual es la que falta afinar para poder tomar decisiones. Es muy importante el tema de la extensión de esta especie” dice la especialista Jessica Amanzo, Directora de Recursos Genéticos y Bioseguridad del Ministerio del Ambiente y una de las participantes en la construcción del Plan Nacional de Conservación del Tapir Andino.

En Lambayeque, la reciente información de la habitabilidad del tapir andino ha sido casi un encuentro fortuito. Los integrantes de la organización Spectacled Bear Conservation realizaban una investigación sobre osos de anteojos y su conexión con ecosistemas de alturas en Cañaris e Incahuasi y otras zonas colindantes con la región de Cajamarca y en el trajín de tres años monitoreando la zona, se pudo captar, a través de cámaras trampa, también la presencia de tapires.

Investigaciones de la SBC con cámaras trampa revelaron la presencia de tapir andino en Lambayeque.

A pesar de que no se cuenta con un censo, hay datos de investigaciones de campo que mantienen preocupados a los especialistas “se estima que en esta zona norte ubicada en estas tres regiones hay una población de 300 a 500 individuos . Son estimaciones  basadas por la cantidad de área que necesitaría un animal de más de un metro y 150 kilos para subsistir”. Al menos 100 km. cuadrados es lo que necesita un tapir para que pueda tener un hábitat saludable y desarrollarse, pero la pérdida potencial de su ambiente va en decreciente. En Piura ya se estima la pérdida de páramos y bosques montanos en al menos el 10 por ciento. Estamos hablando aproximadamente de 8 mil y 10 mil hectáreas que han sido convertidas en chacras y carreteras. “Tanto el oso de anteojos como el tapir son animales muy ariscos que buscan estar alejados de actividad humana y, ante la presencia de ganado estos animales se retiran”, agrega Viñas.

“Estamos hablando de una especie que no es tan tolerante como las otras, es mucho más sensible a los cambios -señala Amanzo- la conducta del tapir es sumamente evasiva. Por otro lado, respecto a su distribución, cuando he realizado consultas, revisiones, sobre la presencia de tapir andino en el Parque Nacional de Cutervo, en Cajamarca, no he tenido ningún registro que se pueda corroborar, ni por los guardaparques ni por los jefes del área, a pesar de que el documento de creación de esta área protegida hace mención a esta especie. Quizás se deba a una información muy antigua (el parque fue establecido hace más de cincuenta años) o desapareció de esa zona, quién sabe”.

El gran demiurgo ambiental  

Pero, qué hace que este fugitivo compulsivo, merezca toda la atención sobre su conservación: “en estos ecosistemas húmedos, el tapir andino cumple una gran función, debido a que es un animal herbívoro y solo se alimenta de plantas, su gran labor reside en diseminar las semillas de las plantas que consume a través de los bosques del altura y los páramos” dice Paul. Es decir, más o menos 100 km cuadrados de estas áreas son reforestadas naturalmente por estos mamíferos.

Bosque de protección de Pagaibamba en Cajamarca

Pero allí no acaba su labor. “Son dos cosas: controladores y dispersores», dice Jessica.  En un estudio que hicieron en Colombia se dieron cuenta que las zonas en las que se habían excluído a herbívoros grandes,, mediante cercos, el bosque empezaba a regenerarse más que en zonas que estaban abiertas a los herbívoros grandes. «Es por eso que el tapir es una especie arquitecto de los páramos pues permite estructurarlo, permite definir cómo es, entonces va controlando en algunas zonas el crecimiento para que no se llene todo el bosque y deje el espacio para el páramo que es muy importante también para muchas otras especies, esta dualidad de bosque y páramo en las partes más altas es fundamental para el tapir, por que no solo utilizan la zona de bosque sino que aprovechan la vegetación de la zona de páramo”. Sin duda una función muy importante para estos ecosistemas de altura de montaña.

Un solo tapir no hace la diferencia en esta tarea de reforestar naturalmente las alturas occidentales de la cordillera, proveer de servicios ambientales y escapar satisfactoriamente de la vulnerabilidad que acosa a su especie. Se necesitan más de los individuos que actualmente se estiman para mantener salvo a la especie. Pero ocurre que toda la población está fragmentada y una población así es mucho más vulnerable, pues solo se cruzan entre unos pocos individuos, hay poca o ninguna conexión entre poblaciones. “300 o 400 individuos para Perú es poco – recalca Jessica Amanzo-, imagina esa cantidad de personas en todo el mundo y encima aisladas». Pobre tapir, hasta el amor le es esquivo.

De hecho el bloque norte de todo su hábitat presenta mayor densidad de la población por su conexión con el Ecuador porque en el vecino país  tienen un área protegida, el Parque Nacional Podocarpus y otras pequeñas áreas protegidas cercanas a la frontera. “Hasta hace algunos años y por mi  experiencia en campo, los locales mencionaban que habían visto cruzar a los osos y a los tapires de Ecuador a Perú. Quizá por esta conexión, esta zona al norte podría tener menor vulnerabilidad a diferencia de las poblaciones más al sur en Perú. Y cabe resaltar que una especie que está en el límite de su distribución también tenga una densidad menor. En relación especialmente al hábitat es que se han generado los datos para establecer que esta especie está en peligro crítico por que tiene un hábitat muy reducido y fragmentado”. 

Tapir y chamanería

Aparte de la presión del hombre ejerce en sus territorios, la disminución y fragmentación de su hábitat y su lenta reproducción,  el tapir andino, es víctima de la caza ilegal. Tristemente conocido entre algunos lugareños como “bestia negra”, aunque inofensivo, es una especie preferida para el uso de medicina tradicional y chamanería. Los capturan y utilizan sus patas por que piensan que es un remedio para diferentes males. Algo que sin duda, no está probado. Entonces es común encontrar por los mercados del norte peruano un preparado con aguardiente, hierbas y patas de tapir andino rayado listos para ser comercializados, además de vender las mismas pezuñas.

En la selva baja es conocido el consumo de tapir amazónico, sin embargo no es muy común el consumo de carne de tapir andino en los bosques montanos. Para Jessica Amanzo los locales no admitirán jamás a los investigadores el consumo de esta carne. No obstante si hay evidencia de que comercializan las patas, ¿qué hacen con el resto? “ He encontrado partes de tapir en mercados de Lambayeque, Cajamarca y de Piura, si venden las pezuñas es obvio que deben también consumir esta carne”.

“Algunas personas afirman que su carne es consumible, dice Paul Viñas. No se estila pero sí algunos pobladores han mencionado que sí han probado, aunque no es lo común, sin embargo al ser un animal misterioso, poco conocido, se le usa para efectos de chamanería. Es conocida la intervención de la pezuña del tapir para rituales espirituosos. En su mayoría son estas partes del cuerpo del tapir  que se comercializan en mercados esotéricos regionales. ”. Lo que es interesante es que el tapir ayuda a dispersar también estas plantas medicinales muy usadas por ejemplo en la provincia piurana de Huancabamba, en especial en las Huaringas donde hay mucha actividad de chamanería. El problema allí es que el uso de estas plantas es desmedido “Es posible observar el efecto. En la zona algunas de estas plantas van desapareciendo del páramo de Huancabamba.  Es importante sumar esfuerzos de la población y las instituciones. Para poder hacer realidad la conservación no solo del tapir sino de los páramos”.

Una cría por tapir es el promedio de cada alumbramiento de estos mamíferos. Foto: Difusión

Un tapir puede reproducirse cada dos años, cada alumbramiento genera una cría en promedio y el destete ocurre  más o menos a los 4 o 5 años. Una tasa que marcha lento en cuanto a reproducción. Amanzo señala que durante el 2004 el Grupo Especialista de Tapires realizó un análisis de viabilidad y de hábitat  y de acuerdo a los índices de reproducción, caza y disminución del hábitat había una tendencia de 40 años, contando desde la fecha en que se hizo el análisis, para que la población de tapires andinos sea borrada del mapa del Perú. Así que si estos vaticinios científicos tienen razón no habrá ningún poder mágico y ni chamanería alguna que detenga una posible fecha de su desaparición: el año 2044.

Todo parece indicarlo y el esquivo tapir reúne todas las condiciones: una especie de lenta reproducción, de recuperación sujeta a la opción de un hábitat que poco a poco va desapareciendo y a esto hay que sumarle que es víctima de la caza ilegal.   Al norte de Colombia y posiblemente del oeste de Venezuela las poblaciones ya no existen, solo se ubican en Perú, Ecuador y el centro y sur de Colombia. Una sentencia que parece ser ya dictada. Por eso es fundamental que la gente que vive en la zona se involucre en su conservación . Es la pieza clave. En palabras de  Jessica Amanzo, «Hay que saludar los esfuerzos del Estado por sacar adelante el Plan Nacional de Conservación del Tapir Andino, que ha tomado muchos años en ver la luz, y de muchas organizaciones que vienen por años trabajando en esos bosques, pero es fundamental reconocer que es la población local la que tomará las decisiones no solo para la supervivencia del tapir andino sino de todo el conjunto, de todo el ecosistema para que provea bienes y servicios. Necesitamos tenerlos como aliados estratégicos»

Este tipo de ecosistemas, los bosques montanos y páramos, habitados por nuestro solitario protagonista, finalmente proveen de agua y si el tapir está vinculado a la arquitectura de los mismos, cabe la posibilidad de inferir que sobre nuestro ermitaño amigo recae, en parte,  la responsabilidad de la provisión del agua en esta zona de los andes occidentales. Nada menos. Tremenda factura nos puede pasar que se concrete su extinción.

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1 Comentario

  • Me alegro mucho leer este excelente articulo que revela mucho sobre el Tapir Andino y su gran importancia en el ecosistema Andino y su grave estado de ser En Peligro de Extinccion. Ojala tenga en serio este llamamiento para que evitan tan terrible tragedia de la extinccion or aun la grave disminuccion de este muy importante especie clavia a los Paramos y Bosques Andinos de los Andes Nortenos.

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