Con sabor a puerto: Tres restaurantes de Marcona que deben estar en tu ruta playera del sur

En medio de la gran biodiversidad de Marcona, con sus playas y fauna, recorremos otra de sus riquezas: la gastronomía del puerto.

Por: Brunella Vásquez

Pescados y mariscos fresquísimos, directamente sacados del mar frente a las costas marconeñas, son la base fundamental de la gastronomía del puerto iqueño. Además del tradicional erizo y de delicias como el picante de cochayuyo (una exquisita alga marina), en el distrito de Marcona se pueden encontrar una gran diversidad de platos, no solo deliciosos, sino también creativos, que desde luego agraden al gusto, ojos y olfato de quienes lo disfrutan.

Cuando se ofrece la gastronomía de Marcona a los visitantes, se muestra la variedad y originalidad de nuestros potajes, que con el tiempo se han convertido en festejo de aromas, sabores y colores; gracias a una herencia cultural forjada a través de milenios, iniciada por los marisqueros, quienes, con cañas y puntas de pedernal, pescaron y cazaron lo que el mar les ofrecía.

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Santiago Rubio (50) es uno de los herederos. Comenzó a pescar y a bucear a los nueve años, cuando todavía era posible sorprender a los peces en la orilla porque no había muchas personas que se dedicaran a la extracción de estos recursos. Él llegó a los cuatro años a Marcona desde Caravelí en Arequipa. Del puerto, hizo suyo el mar y todo lo que podía hallar en él. Pero, siempre, con conciencia. “Lo que capturo, cocino. Dependiendo de lo que me dé el mar ese día, creo un plato. Estoy en contra de la sobreexplotación de recursos”, sostiene.

Desde muy joven, Rubio era el único que podía unir a toda su familia alrededor de una mesa, siempre, frente a cinco fuentes de ceviche. Vecinos y amigos, enterados de tal banquete, no tardaban en tocar luego su puerta. Así, su sazón recorría calles y esquinas hasta que en el 2009 abrió por fin su restaurante: El Arrecife de Marcona.

Hoy, casi 50 años después, su técnica no ha cambiado: del mar a la mesa, pero antes su toque creativo. A pedido de los comensales, Santiago puede preparar los platos más originales: sour de erizo, cachanguitas de corvina, pulpo flambeado, ceviche de almejas y un largo etcétera. Cada día, la carta del Arrecife se renueva acorde a lo que el mar ofrezca. Y por si no fuese poca la experiencia de sabores, desde hace un tiempo Rubio y El Arrecife de Marcona brindan paseos vivenciales, donde los visitantes podrán pescar y preparar su propio ceviche en altamar.

La comida de Marcona se encuentra lista para chuparse los dedos, con el cariño de la gente y los productos del mar de Marcona se pueden encontrar una gran cantidad de platos típicos, desde el desayuno hasta la cena. El Restaurante Las Terrazas del Hotel Imperial da cuenta de ello. Con una oferta de platos a la carta, abre sus puertas casi al alba con tres de sus mejores especialidades: corvina frita, lomo encebollado con pan y un poderoso tamal. Este último voceado por muchos marconeños por un sabroso diferencial.

Los demás potajes de su carta se encuentra una gran variedad de pescados y mariscos. “En Marcona, la pesca artesanal es la principal fuente de trabajo de buena parte de sus habitantes. Sus pescadores también trabajan para poner en práctica una pesca responsable y sostenible, y por salvaguardar un detalle que distingue las mesas de los potajes marinos en el sur: el erizo de mar, uno de los mejores del Perú”, explica Pepe Escaté, administrador del hotel.

Cuando cae la noche, luego de un intenso día de sol y playa, la brisa marina es capaz de abrirle el apetito a cualquiera. Kevin Jacobo supo cómo satisfacer los más profundos antojos con un concepto totalmente distinto. El Bitute Piqueos Bar, llama la atención a varias cuadras. El ambiente -un estilo vintage- invita a entrar, pero lo que hace a uno quedarse es la variada carta que ofrecen. Desde sus originales y caseras salsas, pasando por la presentación de sus alitas hasta la enorme colección de macerados de pisco, El Bitute marca una pauta dentro de la gastronomía de Marcona.

Papas nativas, tequeños de ají de gallina y de lomo saltado, pulpo a la parrilla, salchipapas de la casa. La lista es larga y la historia también. Kevin ya venía con una larga trayectoria. Su experiencia en gastronomía comenzó en Piura, luego pasó por Arequipa -trabajó en los restaurantes Chincha y Tanta del Grupo Acurio- para terminar por fin en Marcona, donde El Bitute vio la luz cuando era apenas un pequeño puesto de comida en la calle. Hoy, cinco años después, tiene miras a convertirse en franquicia.